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Martes, 30 de Septiembre de 2025

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El desvanecimiento del entusiasmo por la IA podría convertirse en un obstáculo para la plata

El precio de la plata ha subido un 50% en lo que va de año, superando al oro y acercándose a los picos de 1980 y 2011, ambos impulsados por una fuerte especulación. Aunque la plata sigue lejos de su máximo histórico en términos reales, no consideramos que esto baste para sostener que seguirá avanzando al mismo ritmo reciente. A diferencia del oro, el último repunte de la plata está muy ligado al auge de la inteligencia artificial (IA).

El desvanecimiento del entusiasmo por la IA podría convertirse en un obstáculo para la plata

  • El precio de la plata ha subido un 50% en lo que va de año, superando al oro y acercándose a los picos de 1980 y 2011, ambos impulsados por una fuerte especulación. 
  • Aunque la plata sigue lejos de su máximo histórico en términos reales, no consideramos que esto baste para sostener que seguirá avanzando al mismo ritmo reciente. 
  • A diferencia del oro, el último repunte de la plata está muy ligado al auge de la inteligencia artificial (IA). Gracias a su excelente conductividad eléctrica, la plata se utiliza en numerosos componentes electrónicos, lo que sugiere que la demanda estructural del metal seguirá siendo elevada.
  • Sin embargo, empieza a extenderse entre los inversores la sensación de que la magnitud del gasto reciente en IA podría haber sido excesiva, lo que limitaría el apetito por posiciones especulativas basadas en el sentimiento y podría convertirse en un lastre para la plata en el futuro. 
  • Esto también implica que la plata probablemente tenga una rentabilidad inferior al oro en un horizonte de 12 a 18 meses, ya que el oro debería seguir siendo el activo refugio preferido en el contexto actual.


Tras una pausa estival, la plata ha repuntado con fuerza en las últimas semanas. En lo que va de año, acumula una subida superior al 50%, superando al oro (Gráfico 1). Este repunte ha llevado el precio de la plata a niveles cercanos a los máximos de 1980 y 2011, ambos originados por fuertes episodios especulativos (Gráfico 2). A finales de los años 70, los hermanos Hunt (cuya familia había amasado una fortuna en la industria petrolera) intentaron acaparar el mercado de la plata comprando grandes volúmenes tanto de plata física como de contratos de futuros. Hacia finales de 1979, controlaban alrededor de un tercio de la oferta mundial de plata, excluyendo las reservas en manos de los gobiernos. Esto llevó a la COMEX a introducir la llamada Silver Rule 7, que restringía de forma drástica las compras apalancadas de plata. Cuando los precios comenzaron a caer a principios de 1980, los Hunt se vieron obligados a liquidar grandes volúmenes de plata, lo que provocó un desplome de más del 80% en los 18 meses siguientes.


De forma parecida, el auge de 2010-11 respondió a la percepción de que la plata ofrecía una posición apalancada sobre los metales preciosos y las expectativas de inflación, impulsadas por las políticas de expansión cuantitativa a gran escala. En este contexto, conviene destacar que el precio actual de la plata continúa estando muy lejos de su máximo histórico en términos reales, que en dólares de 2025 supera los 200 dólares por onza. Sin embargo, ¿es suficiente para suponer que la plata seguirá avanzando al ritmo de las últimas semanas?

A comienzos de este año ya señalamos que, aunque las dinámicas de precios de la plata y el oro suelen estar correlacionadas, sus factores impulsores difieren considerablemente. Por ello, afirmar que la plata no es más que una versión de beta alta del oro es pasar por alto consideraciones clave. En nuestra opinión, el repunte del oro este año refleja sobre todo una fuerte demanda de activos refugio, en un contexto de pérdida de confianza en las instituciones estadounidenses y en el dólar. En contraste, el repunte reciente de la plata parece estar vinculado en gran medida a la magnitud sin precedentes de las inversiones y anuncios relacionados con la IA.

A medida que los cálculos de IA requieren cada vez más grandes centros de datos, la demanda de componentes electrónicos de alta velocidad y densidad se ha disparado. Gracias a su conductividad superior, la plata se utiliza en numerosos componentes, como placas de circuito, dispositivos de edge computing y chips de memoria, todos ellos críticos para construir la infraestructura de IA, incluidos los centros de datos a hiperescala. La producción de componentes de gama alta, en particular, exige materiales con propiedades de conductividad excelentes, lo que sugiere que la demanda estructural seguirá siendo elevada. Además, la plata se utiliza en paneles solares, componentes de redes y vehículos eléctricos (VE), productos que a menudo se solapan con el uso de la IA (Gráfico 3). Los VE contienen aproximadamente el doble de plata que los vehículos de combustión tradicional (hasta unas dos onzas por unidad). De forma más amplia, la transición hacia la electrificación, con el Internet de las cosas (IoT), el 5G y los dispositivos inteligentes, garantiza que la demanda de plata se mantenga elevada.

En consecuencia, la correlación entre las acciones tecnológicas y la plata se ha intensificado en los dos últimos años (Gráfico 4). Creemos que esto refleja en parte la percepción de los inversores de que la plata actúa como una especie de “cobertura industrial de metales preciosos” con beta tecnológica positiva. Sin embargo, el World Silver Survey 2025 indica que la demanda industrial total de plata se estancará este año, pese a las ingentes inversiones en IA (Gráfico 5).

El mercado de la plata se encuentra en déficit estructural de oferta desde 2021, con una demanda que supera a una oferta relativamente inelástica. La producción minera se ha visto limitada por años de baja inversión en exploración y desarrollo, descenso en la ley del mineral, aumento de los costes de producción y mayores exigencias regulatorias y medioambientales. Además, solo en torno al 30% de la producción mundial de plata procede de minas primarias; la mayor parte se extrae como subproducto en minas de oro, cobre, plomo y zinc. En esencia, esto significa que un aumento en los precios del plomo y el cobre tiende a estimular la producción de plata, mientras que una caída en esos mercados suele reducir la oferta. Prevemos, por tanto, que la brecha entre oferta y demanda se cierre solo de manera gradual.

Aunque esto respalda precios elevados de la plata, pensamos que la demanda vinculada al auge de la IA podría debilitarse. Entre los inversores parece haber una sensación creciente de que la magnitud de las inversiones/flujos recientes puede haber sido excesiva. El nivel de posiciones largas especulativas netas es bastante elevado, por lo que el posicionamiento comienza a parecer excesivo. En consecuencia, prevemos un menor apetito por exposiciones especulativas y guiadas por el sentimiento en el futuro. Esto implica que el repunte de la plata debería perder fuelle. También significa que, en un horizonte de 12 a 18 meses, la plata probablemente tendrá un desempeño inferior al del oro, que debería seguir siendo el activo refugio preferido en el contexto actual.



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