La renta variable japonesa ha subido este año. Sólo en agosto, el índice MSCI Japan registró un alza del 4,33 % y del 8,86 % en los primeros ocho meses del año (en moneda local).

La confianza de los inversores se ha visto favorecida recientemente por el acuerdo comercial entre Estados Unidos y Japón, que ha reducido los aranceles sobre las exportaciones japonesas a Estados Unidos del 25% al 15%. El acuerdo ha provocado un repunte de la renta variable japonesa, especialmente entre los fabricantes de automóviles, que representan una parte significativa de las exportaciones de Japón a Estados Unidos. El acuerdo ha contribuido a disipar las preocupaciones anteriores, avivadas por las amenazas del expresidente Donald Trump de volver a imponer aranceles más elevados ante la frustración por el ritmo de las negociaciones.
En política, el Partido Liberal Democrático (PLD) y su socio de coalición, Komeito, perdieron su mayoría en la Cámara Alta. A pesar de ello, el primer ministro Shigeru Ishiba ha manifestado su intención de permanecer en el cargo. No esperamos cambios significativos en la política actual de Japón.
En el ámbito macroeconómico, la inflación anual se moderó en junio hasta el 3,3%, su nivel más bajo en siete meses, mientras que la inflación subyacente también cayó hasta el 3,3% desde el máximo de dos años del 3,7 % registrado el mes anterior. Por otra parte, la encuesta Tankan del Banco de Japón reveló un creciente optimismo entre los grandes fabricantes sobre las perspectivas económicas, y el índice de difusión subió de +12 a +13, desafiando las expectativas de un descenso hasta +10.
El gasto de los hogares aumentó un 4,7% interanual en mayo, marcando el ritmo más rápido en casi tres años. Esto se vio respaldado por un crecimiento salarial del 5,25%, el mayor aumento en 34 años, según el grupo sindical Ringo. La subida salarial del 5,10% del año pasado y del 3,58% en 2023 respalda la creencia del Banco de Japón de que el aumento de los salarios impulsará el gasto de los consumidores y la presión inflacionista. Un informe oficial publicado a finales de mes se hizo eco de esta opinión, abogando por un aumento de los salarios como medio para impulsar el consumo y el crecimiento económico.
Creemos que el acuerdo recientemente anunciado entre Estados Unidos y Japón es positivo para la renta variable japonesa, ya que ha reducido los riesgos derivados de la incertidumbre arancelaria estadounidense y ha evitado un resultado más punitivo. El acuerdo ha impulsado la confianza de los inversores, especialmente en los valores cíclicos, que se consideraban más afectados por los aranceles. Entre los principales beneficiarios se encuentran las empresas industriales, ya que algunas de ellas estaban posponiendo sus decisiones de inversión debido a la incertidumbre arancelaria. Como las cadenas de suministro globales se fragmentan y se vuelven más locales por la geopolítica y la relocalización, los costes podrían subir, incluyendo los laborales, lo que aumentaría la necesidad de nuevos equipos de fabricación y soluciones de automatización. Esto es una ventaja para las empresas japonesas de automatización industrial que ofrecen soluciones de alta gama que ahorran mano de obra.
Observamos que algunos exportadores tienen poder de fijación de precios, lo que significa que pueden repercutir los costes de los aranceles estadounidenses o que pueden trasladar la producción de un lugar a otro como amortiguador del impacto de los aranceles. Algunos de ellos ya han acordado con sus clientes repercutir el aumento de los costes de las materias primas clave debido a los nuevos aranceles estadounidenses. En general, el acuerdo comercial refuerza la relevancia estratégica de Japón y abre nuevas vías de inversión, especialmente en sectores alineados con la relocalización estadounidense.
Creemos que las perspectivas para las empresas de calidad siguen siendo positivas en Japón. Aunque los últimos tres años han sido difíciles para los inversores centrados en la calidad debido a una fuerte rotación hacia las acciones de valor, el mercado se centra ahora más en los beneficios sostenibles y en la capacidad de las empresas para adaptarse a los cambios en el entorno operativo. Seguimos apostando por empresas de alta calidad con un fuerte potencial de crecimiento y sólidas credenciales ESG. Desde el punto de vista de los ingresos, nos gusta el mercado interno japonés, que está relativamente aislado de las perturbaciones externas, como los aranceles y las tensiones geopolíticas.