Existen tres opciones distintas. Estimación objetiva (comúnmente conocida como módulos), estimación directa y la estimación directa simplificada. Todos estos regímenes son excluyentes entre sí y el declarante debe decidir cuál quiere que se le aplique. En la estimación directa normal y en la simplificada, el autónomo tributa en función de sus beneficios reales, mientras que en la objetiva, Hacienda establece unos baremos y estima cuánto debe pagarse. Por ejemplo, en el caso de un bar, Hacienda tiene en cuenta los metros que tiene la barra y el número de mesas para poner una factura u otra. El sistema de módulos está limitado a una serie de actividades concretas que Hacienda publica año a año, en función de unos ingresos máximos y de otros criterios como el número de empleados.
Valeria Hernández detalla que, de forma muy resumida, el régimen de estimación objetiva es ventajoso para el declarante cuando un negocio funciona bien. Por contra, incluso aunque se hayan tenido pérdidas, si se está sujeto a él, se tendría que pagar impuestos como si hubiera habido beneficios. Además, en esta modalidad no se pueden desgravar los gastos afectos a la actividad.
Respecto a la diferencia entre la estimación directa y la estimación directa simplificada, la experta cuenta que aunque hay matices, la principal es que la directa simplificada cuenta con más beneficios fiscales. “Además de los gastos per sé, vas a tener un 5% que vas a poder deducir gracias a lo que se llaman gastos de difícil justificación. El máximo en esta partida son 2.000 euros como mucho”, aclara.
Gastos a deducir sin tanta dificultad
Entre las cosas a incluir sin necesidad de factura o de tener una contabilidad especialmente ordenada destacan la cuota de la Seguridad Social y el coste de una gestoría. Si se está en el régimen de estimación simplificada, no hay que olvidar ese 5% del total de ingresos que se puede meter como gastos de difícil justificación. Cualquier alquiler de un local o una oficina también entrarían en esta categoría de gastos a deducir sin tantas complicaciones. Luego entrarían gastos opcionales que se pueden tener o no, pero que no son tan discutibles. Los seguros de salud o enfermedad son deducibles a razón de 500 euros por persona cubierta en el hogar hasta cuatro personas como máximo y también pueden encuadrarse en este apartado, al igual que, si se tienen trabajadores, los pagos salariales por empleados.
Qué gastos son más problemáticos y por qué
Además de la ropa mencionada con anterioridad, otros eternos focos de polémica con el fisco suelen ser vehículos, comida y los gastos de suministro cuando se trata del hogar. Sobre el coche, Valeria Hernández dice que si solo se tiene un único coche y se usa para desplazamientos personales además de para ver clientes no sería deducible: “fueses autónomo o no, ibas a haber comprado el coche y a utilizarlo igualmente”.
Respecto a la comida, Martín Cerrato especifica que Hacienda considera que se tiene derecho a meter la factura de un restaurante cuando el autónomo acude fuera del municipio habitual en el que reside y se tienen pruebas fehacientes de que, efectivamente, esa comida estaba relacionada con el trabajo. “Solo es deducible si es fuera de tu ciudad y es demostrable que era por motivos profesionales. Si es en fin de semana ya empiezan a haber muchas más trabas”, apunta.
En referencia a deducir gastos de luz, de agua o de gas en el hogar en el caso de que la actividad se desarrolle en la vivienda, el proceso es tan engorroso que los expertos consideran que en ocasiones no vale la pena. “Nadie que lo pide por su cuenta consigue cumplir los requisitos. Hay que comunicarlo a Hacienda, tener calculado el porcentaje de afectación en la vivienda”, asevera Hernández. Por su parte, Martín Cerrato pone un ejemplo para entender mejor cómo funciona.
“Si el autónomo tiene un piso de 100 metros cuadrados y destina a su actividad 10 metros cuadrados, Hacienda permitiría deducirse un 10% de la cuota de alquiler. Luego, de los suministros, Hacienda contempla una deducción del 30% sobre la superficie afectada. Si tienes 100 euros de gastos de luz, agua y gas, primero sería el 10% de esos 100 euros, es decir, 10 euros. Luego, el 30% de esos 10 euros, con lo que la deducción sería de 3 euros por este concepto. A veces, la burocracia de esto es más costosa que el importe de la deducción. Muy pocos lo piden porque el proceso es complejo”, completa el experto.
¿Cómo se deducen los grandes gastos o inversiones?
La experta de TaxDown señala que cuando se hace una inversión de calado que puede considerarse a efectos de balance como un activo tangible o intangible, hay que proceder a deducirlo de forma paulatina en vez de hacerlo de golpe. Esto permite abaratar durante años la factura fiscal. No obstante, hay que tener en cuenta que cada tipo de inversión tiene un tratamiento distinto a ojos del fisco en función de lo que sea. A continuación, se incluye una tabla simplificada de cuánto de esa inversión es posible imputar como gasto año a año y durante cuánto tiempo puede hacerse como máximo.
La lógica que sigue Hacienda es que a más valor o tiempo de uso potencial, menor porcentaje de amortización disponible anualmente. Así, por ejemplo, un equipo informático, que puede quedar obsoleto mucho más rápido que un edificio, se puede deducir como mucho un 26% de su coste total al año, mientras que el edificio, solo el 3%.
No olvidar el resto de ventajas fiscales
Con tanta complejidad y detalles a tener en cuenta, es fácil perder de vista que los autónomos también pueden beneficiarse del resto de ventajas fiscales habituales. Estas se podrían articular en dos grandes apartados distintos. De un lado las estatales y de otro, las autonómicas.
En el ámbito estatal, destacan la deducción por maternidad, de 1.200 euros durante los tres primeros años desde el nacimiento, no existiendo de forma general una de paternidad. Por la compra de un coche eléctrico, como máximo se pueden deducir hasta 3.000 euros. También está la ayuda por reformar una vivienda para hacerla más eficiente energéticamente. Se permite una deducción del 40% del coste de la obra si es la vivienda habitual. Tiene un tope de 5.000 euros. También se incluirían los donativos por ejemplo.
En el lado autónomico, cada región tiene sus propias ayudas, en este apartado Hacienda las detalla. Van desde deducciones por arrendar viviendas, por hijos, por adopción, por gastos educativos... el abanico es amplio. Valeria Hernández destaca que especialmente interesante para los trabajadores por cuenta propia es el caso de vivir en Madrid. “En Madrid es un buen sitio donde ser autónomo. Además de ayudas a la cotización a la Seguridad Social, los nuevos autónomos menores de 35 años que se den de alta por primera vez tienen una deducción de unos 1.000 euros. En el resto de España, son muy pocas las comunidades autónomas que hacen deducciones ex profeso para autónomos”, sostiene.
Ojo si se han recibido subvenciones, premios o ayudas o si se hacen inversiones en Bolsa
Al igual que no hay que perder de vista las posibles deducciones que se comparten con el resto de contribuyentes, los autónomos tampoco deben olvidar que a veces hay que incluir datos que no siempre obran en el poder de la Agencia Tributaria. Por ejemplo, en el caso de haber recibido un pago durante 2024 por el kit digital, hay que incluirlo, pero como luego se podría imputar como gasto porque ese dinero se dedica a la contratación de servicios ofrecidos por otros profesionales, de facto estaría exento.
Por otro lado, si el autónomo además de su actividad laboral mantiene inversiones en Bolsa o en bonos, también tiene que cerciorarse de que aparezcan los beneficios o pérdidas derivados de ello. En este artículo explicamos cómo abaratar la factura fiscal gracias a las pérdidas en Bolsa.
Relación entre la declaración de la Renta y el IVA, ¿una posible deducción extra?
Normalmente, IVA e IRPF son dos cosas bien distintas y no tienen relación entre sí, pero hay excepciones. “El IVA es uno de los impuestos más difíciles para los autónomos porque tiene muchos regímenes especiales. Siempre que tu IVA soportado no hayas podido descontarlo antes porque tu actividad está exenta de IVA, puedes deducirlo como gasto en el IRPF, por eso existen casillas específicas de IVA como ingreso e IVA como gasto en la declaración. Para estos casos”, dice Hernández. En otras palabras, si se forma parte de una de las actividades exentas de IVA en territorio nacional, se puede imputar como gasto en IRPF el IVA de aquellas cosas que se hayan comprado para el desempeño del trabajo. Esto lo pueden hacer exclusivamente aquellos autónomos que estén en estimación directa o directa simplificada en Renta. No solo los autónomos exentos de IVA no tienen que presentar las declaraciones trimestrales de IVA, sino que pueden deducirlo como gasto. En la siguiente tabla se relacionan cuáles son las actividades exentas.
Por otro lado, hay supuestos que están exentos de presentar la declaración trimestral de pagos fraccionados del IRPF. Hacienda explica que se está obligado con independencia de si se está en el régimen de estimación objetiva o en el de directa o directa simplificada, pero establece la excepción de no tener que presentarlo si en el año natural anterior, “al menos el 70% de los ingresos de la actividad fueron objeto de retención o ingreso a cuenta”. Es decir, si tus servicios se prestaron a otra empresa que sí que hizo retenciones de IRPF, no se tiene que presentar.
Una tarea complicada... y deducible
El proceso de hacer la declaración de la Renta solo es un paso más dentro de las tareas que debe ir afrontando día a día el autónomo, pero tal y como atestiguan los detalles mencionados anteriormente, no es una tarea sencilla. Todos los expertos citados en el presente artículo coinciden al señalar lo oportuno de que, en caso de tener dudas, el autónomo recurra a una gestoría. No solo puede conseguir abaratar su factura fiscal con ello, sino también, cerciorarse de que se rellenará de forma correcta. Además, destacan que sus servicios son precisamente un gasto deducible.