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Miércoles, 6 de Noviembre de 2024

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Cotizaciones

¿Puede el crédito mantener la calma y seguir adelante?

Con las grietas que empiezan a aparecer en la economía estadounidense, muchos se preguntan si los estrechos diferenciales de los bonos corporativos dejan vulnerables a los inversores. Sin embargo, dado que los balances de las empresas se mantienen firmes y los yields de los bonos de mayor calidad parecen atractivos, seguir invirtiendo en crédito debería seguir recompensando a los inversores.

¿Puede el crédito mantener la calma y seguir adelante?

· Estamos en una fase delicada de un ciclo económico inusual, ya que el crecimiento se modera desde un nivel alto en EE.UU. y repunta desde un nivel bajo en la eurozona.

· Los inversores deben permanecer atentos a las áreas de debilidad de la economía mundial, pero los balances de las empresas muestran pocos indicios de los excesos asociados tipicamente a los mercados de ciclo tardío.

· Los elevados yields globales permiten a los inversores tratar de mitigar el riesgo de ampliación de los diferenciales de crédito mediante el desplazamiento hacia bonos de mayor calidad y menor vencimiento, sin sacrificar demasiado en términos de rentabilidad potencial.

Con las grietas que empiezan a aparecer en la economía estadounidense, muchos se preguntan si los estrechos diferenciales de los bonos corporativos dejan vulnerables a los inversores. Sin embargo, dado que los balances de las empresas se mantienen firmes y los yields de los bonos de mayor calidad parecen atractivos, seguir invirtiendo en crédito debería seguir recompensando a los inversores.

Desde que la Reserva Federal (Fed) subió los tipos de interés hasta un máximo del 5,5% en julio de 2023, los participantes en el mercado han estado esperando que algo se rompiera.   

Dado que la inmensa mayoría de los ciclos de subidas han terminado históricamente en recesión, esto no es tan pesimista como parece. Los costes de endeudamiento más elevados pretenden restringir el crecimiento económico, aunque los bancos centrales preferirían que ocurriera gradualmente, produciendo un aterrizaje suave en lugar de una recesión.

Para los inversores en renta fija, una de las decisiones clave en este momento es cuánto tiempo permanecer invertidos en crédito. Los diferenciales de los bonos corporativos tienden a ser estrechos y propensos a las ventas masivas en las últimas fases del ciclo económico, como pudimos comprobar a principios de agosto cuando el desempleo en EE.UU. saltó inesperadamente al 4,3%.

Pero las condiciones de final de ciclo pueden persistir durante años, mientras que los diferenciales de crédito sufren episodios ocasionales de volatilidad. Los bonos estadounidenses de alto rendimiento, por ejemplo, han rendido alrededor de un 15% en los aproximadamente 14 meses transcurridos desde que los tipos tocaron techo; salirse del crédito demasiado pronto puede significar perderse atractivos rendimientos.

¿Es éste un mercado de ciclo tardío?

Por ahora, el consenso del mercado es que los bancos centrales tienen muchas posibilidades de lograr el esquivo aterrizaje suave, pero empiezan a verse grietas.

Con algo menos del 3%, la tasa de ahorro estadounidense se sitúa ahora cómoda y constantemente por debajo de su nivel anterior a la pandemia, lo que sugiere que los hogares estadounidenses están teniendo que recurrir más a sus nóminas para hacer frente a los precios más altos que ha dejado tras de sí el repunte de la inflación tras la pandemia.

Además, ciertas cohortes están perdiendo fuelle, y las tasas de morosidad de las tarjetas de crédito y los préstamos para automóviles están aumentando entre los prestatarios con menores ingresos. La tasa de morosidad actual del 15% en los préstamos de alto riesgo para la compra de automóviles, por ejemplo, es más alta que en el punto álgido de la crisis financiera mundial de 2009.

Sin embargo, el gasto general de los consumidores estadounidenses parece moderarse en lugar de caer en picado. Las ventas minoristas subieron un 0,1% intermensual en agosto, desafiando las expectativas de un descenso del 0,2%, tras un aumento del 1,1% revisado al alza en julio.

 

En consecuencia, tampoco esperamos un fuerte retroceso de la economía estadounidense. Según una media de expertos en previsión económica encuestados por Bloomberg, se espera que el crecimiento se sitúe en torno al 2% en EE.UU. hasta finales de 2025 (véase el Gráfico 1). De hecho, de los 65 analistas encuestados, sólo dos prevén una recesión en EE.UU. y sólo cuatro esperan cifras de crecimiento trimestral negativas durante ese periodo.

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