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Miércoles, 16 de Octubre de 2024

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Cotizaciones

Japón recupera el rumbo y el atractivo para los inversores en renta variable

Después de décadas de estancamiento económico y de los mercados, Japón podría estar en el camino hacia una recuperación sostenible, lo que vuelve a despertar la atención de los inversores sobre las oportunidades que ofrece la renta variable japonesa en este nuevo contexto.

Japón recupera el rumbo y el atractivo para los inversores en renta variable

 Los expertos de Vanguard consideran que el paradigma en Japón está cambiando, y esa mentalidad resignada está siendo sacudida. “El banco central de Japón podría ir más allá en su campaña de aumentos de tasas, la cual comenzó a principios de este año, y el reciente cambio en el primer ministro del país probablemente no detendrá ese impulso”, señalan

Según Shuntaro Takeuchi y Donghoon Han, gestores de Matthews Asia, muchos inversores, comprensiblemente, se están preguntando hacia dónde se dirigen los mercados de acciones de Japón. Hay que recordar que el mercado tuvo un buen desempeño hasta junio, pero luego cambió. El aumento de tasas de interés, anunciado de manera agresiva por el Banco de Japón el 31 de julio, precedió la publicación de datos económicos débiles de EE.UU. Estos factores, combinados, desencadenaron una inesperada liquidación de operaciones de carry trade con yenes japoneses, lo que a su vez provocó estragos en los mercados de valores globales, especialmente en Japón. El Nikkei 225, o el Promedio de Acciones Nikkei, cayó un 12.4% el 5 de agosto, su mayor descenso desde el día posterior al lunes negro de EE.UU. en 1987.

Las acciones japonesas recuperaron gran parte de sus pérdidas en agosto, pero la volatilidad persiste. Los datos económicos débiles de EE.UU. y las preocupaciones en curso sobre la sostenibilidad del auge de la inteligencia artificial (IA) siguen provocando movimientos bruscos en las acciones, junto con un fortalecimiento del yen. Y, en nuestra opinión, es probable que los inversores sigan centrados en cuestiones macroeconómicas. El banco central de Japón ha señalado que se pueden esperar más aumentos de tasas, lo que podría fortalecer aún más el yen, mientras que un ciclo de recortes de tasas en EE.UU. y una caída del dólar podrían afectar negativamente el sentimiento hacia los exportadores japoneses. Además, si los indicadores económicos comienzan a sugerir un debilitamiento creciente en la economía estadounidense, podrían surgir mayores preocupaciones sobre una desaceleración del comercio global, del cual Japón depende en gran medida”, explican.

En este sentido, desde Matthews Asia los gestores destacan que los recientes movimientos en el tipo de cambio no han afectado significativamente la rentabilidad de las empresas japonesas de calidad. “En muchas áreas, tanto para empresas orientadas al mercado doméstico como para exportadoras e internacionales, seguimos pensando que las ganancias corporativas aumentarán a una tasa de crecimiento porcentual de un solo dígito medio a alto en términos de yenes, complementado con dividendos saludables y recompras de acciones aceleradas, lo que podría añadir otro 2%-3% al potencial de rendimiento total. Las valoraciones de las acciones japonesas también son atractivas, situándose alrededor de 15 veces las ganancias, que es aproximadamente su promedio de los últimos 10 años”, defienden Takeuchi y Han.

Mejora su atractivo

Más allá de la renta variable, los expertos de Vanguard consideran que los cambios estructurales en Japón van más allá del impacto en las curvas de rendimiento y las monedas. Según explica la gestora, en el pasado, los movimientos sorpresa de las tasas de interés por parte del Banco de Japón (BOJ) hicieron que el mercado de renta fija japonés fuera poco atractivo para los inversores extranjeros. Además, el BOJ posee la mayoría de los bonos del gobierno japonés (JGBs), creando un entorno donde los precios y los rendimientos no reflejaban las verdaderas fuerzas del mercado

Sin embargo, advierten de que el BOJ ha avanzado hacia una mayor transparencia, señalando sus movimientos de tasas de interés con anticipación. Y, aunque el BOJ aún posee el 55% de los JGBs, ha reducido su participación en estos bonos, aumentando las probabilidades de que el yen converja a su valor justo.

Para Vanguard, la conclusión para los inversores es que un mercado que fue fácil de ignorar en las últimas décadas debido al estancamiento económico y la dominancia del BOJ en el mercado de bonos, ahora parece ser una fuente potencial de alfa. “Para bien o para mal, Japón se ha vuelto mucho más interesante para los inversores, con las fuerzas del mercado teniendo más protagonismo”, afirma Ian Kresnak, Investment Strategist de Vanguard

Según Kresnak, a la luz de estos cambios, los inversores podrían considerar sus estrategias de asignación de activos a largo plazo. “Un yen más fuerte fortalecería los rendimientos de las acciones japonesas para un inversor estadounidense. La renta fija es un poco más complicada. Tasas de interés más altas generarían mayor volatilidad a corto y mediano plazo, algo que un yen fortalecido podría ayudar a compensar. Sin embargo, a largo plazo, rendimientos más altos auguran mejores resultados futuros, reafirmando el papel de los bonos japoneses en carteras globalmente diversificadas”, concluye el estratega de Vanguard.

Nuevo primer ministro

Las firmas de inversión coinciden en que el nuevo primer ministro, Shigeru Ishiba, es un factor a tener en cuenta en esta reactivación del país y del atractivo de su mercado. Según explica Mario Montagnani, estratega de inversión senior de Vontobel, la inesperada victoria de Shigeru Ishiba en la carrera por el liderazgo del Partido Liberal Democrático de Japón señala un posible cambio de las políticas “abenomics”. 

La gestora destaca que su apoyo a la normalización de la política monetaria y a la subida de los impuestos de sociedades podría afectar significativamente al panorama financiero japonés. Los inversores están replanteándose las perspectivas de la renta variable japonesa y del carry trade del yen. Están estudiando cómo los cambios en los tipos de interés, el valor de la divisa y las políticas fiscales podrían reconfigurar las estrategias de inversión y la dinámica del mercado en un futuro próximo.

“Creemos que la importancia que concede a las reformas estructurales, en particular, a la revitalización de las zonas rurales, no se ajusta al enfoque ‘abenomics’ que favorece el crecimiento y que ha sostenido la cotización de las bolsas japonesas en los últimos años. De hecho, en el pasado Ishiba ya criticó duramente la agresiva relajación monetaria del Banco de Japón. En consecuencia, creemos que los inversores podrían mostrarse más cautos ante este cambio en el panorama político japonés. Esto podría provocar volatilidad, e incluso una posible corrección del mercado a corto plazo, sobre todo si disminuyen las expectativas de un estímulo monetario agresivo. Es importante señalar que el propio Ishiba restó importancia recientemente a las especulaciones sobre esta cuestión. De hecho, durante el fin de semana subrayó que se espera que la política monetaria japonesa siga siendo acomodaticia, lo que en cierto sentido implica la voluntad de mantener bajo el coste de los préstamos para apuntalar un crecimiento económico aún frágil”, explica Montagnani. 

Por último, Kelly Chia, analista de Renta Variable en Asia de Julius Baer, reconoce que el Ishiba ha dado marcha atrás en cuanto a las tasas, el estímulo fiscal y los aumentos de impuestos, lo que ha debilitado el yen y ha ayudado a revalorizar las acciones. Según explica, después de un período en el que el mercado de valores se vio afectado por la apreciación de la moneda, los desarrollos recientes del nuevo Primer Ministro (PM) de Japón han cambiado las perspectivas del mercado. 

“Ishiba ha retrocedido en tres áreas clave en las que los inversores estaban enfocados. Ahora apoya mantener las tasas bajas (anteriormente era partidario de aumentarlas), ha anunciado intenciones de implementar un paquete de estímulo fiscal (anteriormente abogaba por algún tipo de austeridad) y ha dado marcha atrás en los planes de aumento de impuestos. Este fue casi el mismo guion que siguió el anterior primer ministro tras asumir el cargo”, explica Chia.

La principal conclusión de la analista es que la mayoría de los inversores ya tienen una expectativa básica de que las empresas japonesas mejoren la rentabilidad y aumenten los rendimientos para los accionistas, pero advierte: “No cumplir con las reformas corporativas podría hacer que las acciones se desvaloricen significativamente. El retroceso de Ishiba en su postura anterior ha ayudado a calmar los temores de los inversores”.

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