A finales de noviembre, con las fuerte subidas de los mercados, tanto en renta fija como en renta variable, hacía difícil pensar, que el rally alcista de diciembre se pudiese producir.
No obstante, la inercia del mercado, provocó que en los primeros 10 días, los índices siguiesen marcando máximos históricos en EEUU e incluso el Ibex 35 consiguió conquistar los 12.000 puntos, aunque de forma fugaz, algo que no conseguía en más de una década.
La reunión de la Reserva Federal En EEUU, ha dado al traste con todo lo avanzado en el mes de diciembre, llevando los índices y las carteras a niveles del mes de noviembre. El presidente Powell cumplió con el guión y lo descontado por el mercado, al bajar tipos un 0,25%, dejándolos en el rango del 4,25%-4,50%, para el año 2025, tras bajarlos un 1% en la segunda mitad de este 2024, que estamos a punto de despedir.
Las declaraciones de Powell tras anunciar el recorte de tipos, es lo que provocó las caídas, dado que fue especialmente duro con lo que va a ser la política monetaria para el año 2025. Antes de sus declaraciones, los analistas y el mercado estaban esperando otro recore del 1% para el año próximo, algo que a todas luces, parece que no se va a producir. La fortaleza de la economía americana, la subida de la inflación, así como la resistencia del mercado laboral, son las principales razones para que el presidente de la FED, no tenga prisa en seguir bajando los tipos.
Además, el día 20 de enero, comenzará oficialmente la nueva era de Trump en la Casa Blanca y quiere esperar a ver que tipo de política económica va a seguir, así como el impacto que tendrá sobre la inflación y el crecimiento económico, para poder tener más visibilidad sobre cuando, y cuanto, bajar los tipos de interés en el año próximo.
Algunas casas de análisis ya se han aventurado a presagiar que la Fed sólo bajará los tipos un 0,25% en marzo del año próximo e incluso podría verse obligada a subirlos en 2026.
Con este nuevo panorama, que por otro lado, era previsible que se produjese, tanto los mercados de renta fija, como los de renta variable, han recortado de forma abrupta. Para muchos gestores, esta corrección, sobre todo en renta variable, parece exagerada, por lo que es considerada más una oportunidad de compra, que preocupación real.
De ahí que estén aprovechando para comprar con la liquidez que habían generado anteriormente, a la espera de estas nuevas oportunidades. Los inversores que añadan nuevo capital a sus carteras en estos momentos, o las construyan ahora, pensando en el año próximo, sin duda se beneficiarán de la gestión que se está haciendo, con el aumento de la volatilidad en estos últimos compases del año.
En las pocas sesiones hábiles que quedan de este 2024, el volumen se va a reducir, por lo que podríamos asistir a alguna recuperación de las caídas, de manera que el balance final del año, esté entre lo conseguido a finales de noviembre y los máximos alcanzados en las primeras sesiones de diciembre. En cualquier caso, la excepcional rentabilidad obtenida en el año, ya se puede considerar como un éxito, para aquellos que han confiado en los mercados de capitales y las mejores estrategias de inversión.