Una resolución sobre los tipos de interés más difícil que las de las reuniones anteriores, pero la decisión correcta dadas las condiciones actuales. Así definió Jerome Powell la decisión de la Reserva Federal de bajar tipos en su reunión de diciembre.
Era un recorte de tipos ampliamente esperado por el mercado, por lo que el principal titular que nos deja esta cita es el cambio en el dot plot, el gráfico de proyecciones de la Fed, que ha pasado de prever cuatro bajadas de tipos en 2025 a tan solo dos. Sigue estando por encima del único recorte en 2025 que descuenta el mercado, pero se acerca no obstante a lo que espera el consenso.
“Este ajuste viene acompañado de proyecciones de crecimiento más fuertes, mayor inflación y menor desempleo en 2025. Powell citó la inflación más alta de lo esperado en septiembre y octubre como probablemente el mayor factor para las nuevas proyecciones, enfatizando la necesidad de ver más progreso en la inflación antes de nuevos recortes”, explica Salman Ahmed, responsable global de macro y asignación estratégica de activos en Fidelity International.
La Fed cree que el tipo actual, en el 4,3% y pico, sigue siendo restrictivo y, por tanto, mantiene un sesgo de recorte. “Sin embargo, Powell advirtió de que, con el reciente estancamiento de la inflación y la mayor incertidumbre en materia de política fiscal y comercial como consecuencia de la nueva Administración, se justifica un enfoque más prudente respecto a nuevos recortes”, resume Tiffany Wilding, economista de PIMCO.
Un ritmo de relajación más gradual
Aunque las previsiones de tipos de la Fed se alinean con el mercado y con las gestoras, a expertos como David Page, responsable de Macro Research de AXA IM, le sorprendió que la Fed haya ido tan lejos como lo hizo al comunicarlo tras la reunión. Así, tanto con el nuevo dot plot y las revisiones al alza de las proyecciones de inflación y crecimiento para 2025, Kristina Hooper, jefa de Estrategia Global de Mercado de Invesco, no duda en definir esta decisión como “una bajada de tipos hawkish”. Y así coincide en verlo Whitney Watson, global co-head and co-chief investment officer of Fixed Income and Liquidity Solutions within Goldman Sachs Asset Management: “Aunque la Reserva Federal optó por cerrar el año con un tercer recorte consecutivo, su propósito de Año Nuevo parece ser un ritmo de relajación más gradual”.
Coincide en esta postura Jean Boivin, responsable del BlackRock Investment Institute: “Se trata de otro cambio significativo en el planteamiento de la Reserva Federal, que hace sólo tres meses provocó un recorte de 50 puntos básicos”. Pero este cambio está en consonancia con lo que desde el BII vienen señalando: la persistencia de las presiones inflacionistas impediría a la Fed llevar a cabo el ciclo de relajación que esperaban los mercados. En su lugar, Boivin espera que la Fed recalibrará su política, simplemente llevándola de restrictiva a menos restrictiva. “Esto es exactamente lo que está saliendo a la luz, estamos en o cerca de un punto en el que será apropiado ralentizar el ritmo de nuevos ajustes”, sentencia.
¿Qué depara a las siguientes reuniones?
Uno de los escenarios que se repite entre los análisis de las firmas internacionales es la de una pausa en la reunión de enero antes de una nueva bajada de tipos en la cita de marzo. Y así lo descuenta el mercado a día de hoy. “Aunque el resultado era de esperar, el camino a seguir en 2025 y más allá no está tan claro, ya que el Comité pareció adoptar un ritmo de relajación más lento o intermitente de cara al futuro. Esto refuerza nuestras perspectivas positivas para los productos de liquidez en el nuevo año”, comenta Susan Hill, senior portfolio manager de Liquidity de Federated Hermes.
Donde divergen las cábalas de las entidades es en el número de recortes que se ejecutarán en 2025. Aunque a día de hoy el propio dot plot de la Fed prevé dos bajadas, hay casas que mantienen que solo logrará recortar una vez más los tipos.
Así lo espera George Brown, economista senior de EE.UU. de Schroders, quien incluso telegrafía ya dos subidas de tipos en 2026. Su argumento es que las políticas favorables al crecimiento del gabinete de Trump, junto con medidas relativamente moderadas del lado de la oferta, impulsarán un crecimiento más rápido que garantice que la inflación se mantenga más alta de lo que se suponía anteriormente y que, tras una mayor relajación a corto plazo, la Fed acabe subiendo tipos de nuevo en 2026. “Este entorno reflacionista no solo limitaría el margen de maniobra de la Fed, sino que volvería a poner sobre la mesa la posibilidad de subir los tipos”, sentencia.
¿Vuelven los fantasmas de la reflación?
Y Brown no está solo en sus previsiones. En efecto, el debate sobre la inflación vuelve a coger fuerza tras la victoria de Donald Trump y sus políticas pro-crecimiento. “Observaremos de cerca la reflación (nuestro caso base actual) así como los riesgos de estanflación. Creemos que las probabilidades de nuevas subidas de tipos en la última parte del próximo año están aumentando”, reconoce Ahmed, de Fidelity.
Y es un cambio en el argumentario con el que la propia Reserva Federal parece estar alineada. “La Fed parece haber vuelto a dar prioridad a los riesgos de inflación sobre el desempleo, preparándose para un salto en enero y, potencialmente, una pausa prolongada en 2025, si persisten las presiones inflacionistas y la economía se mantiene robusta”, detecta Daniel Siluk, jefe de Global Short Duration & Liquidez y gestor de carteras de Janus Henderson. En su opinión, el hecho de que seis participantes ven ahora el tipo a largo plazo en el 3,5% frente a cuatro en septiembre pone de relieve la opinión del Consejo de que el tipo neutral es más alto y que estamos en un entorno de inflación y tipos estructuralmente más altos.
El reto de la última milla de la inflación
Para Erick Muller, director de estrategia de mercados de Muzinich & Co, el hecho de que Powell indicase que los fondos de la Fed siguen en territorio restrictivo, significa que la Fed quiere mantener cierta presión sobre la economía para enfriar la demanda interna y permitir la convergencia de la inflación al objetivo. “Dada la sorprendente fortaleza de la economía estadounidense en 2024 y de cara a 2025, esto reintroduce un riesgo bidireccional sobre los tipos, ya que la convergencia de la última milla hacia el objetivo de inflación es sin duda la más difícil de pilotar y los recortes proyectados en diciembre son mínimos”, advierte.
En consecuencia, Dongyue Zhang, responsable de especialistas de inversión APAC para soluciones de inversión multiactivos de abrdn, estará atento a: (a) el posible estímulo de China que compense los aranceles más elevados de EE. UU. y una política centrada en el consumo; (b) el crecimiento continuado del capex de IA en los mercados emergentes; (c) la acumulación de existencias antes de la aplicación efectiva de los aranceles, que beneficiará a los exportadores de los mercados emergentes; y (d) el equilibrio entre la relajación de la Fed y la inflación en EE.UU.