Una posibilidad, más que una promesa. En la reunión de julio de la Reserva Federal, Jerome Powell reconoció que los datos macroeconómicos recientes acercan les acercan a un cambio de rumbo en su política monetaria. Pero a su vez quiso optar por un tono moderado, sin comprometerse a nada con el mercado para la cita de septiembre.
A pesar de que el consenso actual apunta a la próxima cita como la fecha más probable para esa primera bajada de tipos en el ciclo actual. En su conferencia de prensa, el presidente Powell reconoció que se acerca el momento de recortar los tipos, pero que el comité aún no tenía la confianza suficiente para hacerlo ayer. Subrayó que la Fed se basará en datos, pero no en puntos de datos para determinar cuándo empezar a recortar los tipos. “Tienen (por intención) una definición difusa de lo que necesitan ver para recortar los tipos; no hay un punto de referencia numérico específico que alcanzar”, analiza Eric Winograd, economista de AllianceBernstein. Es decir, que Powell deja la puerta abierta a un recorte de tipos ya en septiembre, pero no lo garantiza.
Es una postura moderada con la que están de acuerdo algunas gestoras. “Dada la robustez actual de la actividad económica y el enfriamiento gradual de los mercados laborales, coincidimos en que no era necesario emitir en esta reunión ninguna orientación firme sobre un cambio en los tipos de interés oficiales”, opina Christian Scherrmann, economista para EE.UU. de DWS.
Como era de esperar también, el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) mantuvo los tipos de interés oficiales sin cambios, en el 5,25-5,50%.
El listón se acerca
En su opinión, la dependencia de los datos volvió a ser el tema central de la reunión, pero hubo fuertes indicios de que la postura del FOMC está evolucionando. “La continua desinflación observada en los tres últimos meses está ya a la par de los retrocesos experimentados en el primer trimestre del año y la tasa de desempleo se ha movido en los últimos meses”, destaca. También lo interpreta así James McCann, economista jefe adjunto de abrdn, quien defiende que, tras una racha de subidas de precios más moderadas en los últimos meses, parece que el listón que se marcó Powell para una bajada de tipos se acerca rápidamente.
“El comunicado de prensa de esta reunión destaca el progreso hacia el objetivo de inflación del FOMC”, comenta McCann. Por otra parte, los signos de ralentización del crecimiento y el debilitamiento del mercado laboral se suman a los argumentos a favor de que el banco central empiece a moderar su política restrictiva. “La Fed está empezando claramente a dar más importancia a estos riesgos a la baja”, afirma.
Diferencia de opiniones
Hay gestoras que dan una lectura más dovish al discurso de Powell. Para Raphael Olszyna-Marzys, economista internacional para J. Safra Sarasin Sustainable AM, aunque no fue una declaración de victoria sobre la inflación, sí cree que indica un cambio de enfoque hacia el mercado laboral. “La Fed es consciente de que un mercado laboral que se enfría podría deteriorarse y debilitarse, aunque hasta ahora no ve datos que apunten en esta dirección”, comenta.
Powell, al ser preguntado por el ritmo de la futura relajación económica, se abstuvo de dar orientaciones de cara al futuro. “Sin embargo, la regla de Taylor probablemente ofrezca la mejor previsión para las acciones de la Fed en los próximos trimestres, suponiendo que la economía se mantenga en esta senda de aterrizaje suave. Esta regla apunta a un ciclo de relajación gradual, con un ritmo de recortes trimestrales de los tipos hasta llegar a una política neutral”, interpreta Olszyna-Marzys.
¿Y ahora?
¿Y ahora qué? La hipótesis central de George Brown, economista senior de EE.UU. de Schroders, es que se producirán avances suficientes en ambos frentes para dar a los responsables políticos la confianza necesaria para recortar los tipos. En este sentido, cree que el ciclo de recorte de tipos comenzará en septiembre. Es decir, que ahora sólo esperan dos recortes este año. Para 2025 siguen esperando un solo recorte, basándose en la expectativa de que la inflación estará entonces en el objetivo y la economía en pleno empleo. “Los riesgos se inclinan hacia recortes más tardíos y menores, o incluso hacia ninguno”, advierte.