El primer semestre del año ya sabemos los sobresaltos que nos ha dejado, ahora toca preguntarse como será la segunda parte del año.

Para vislumbrar la respuesta, lo primero que debemos hacer es revisar los acontecimientos con los que ya hemos comenzado el comienzo del mes de julio. El primero de ellos es la aprobación de la reforma fiscal impulsada por el presidente Trump, que tiene como objetivo extender los recortes fiscales que ya aprobó en 2017, así como incorporar nuevas reducciones de impuestos, al tiempo que van a aumentar los gastos en defensa y seguridad fronteriza. Los detractores de esta ley consideran que provocará un aumento de la deuda, que de por sí ya está niveles alarmantemente altos. Quienes han salido muy favorecidas con esta ley son las empresas de sector de energías limpias, que van ver como se suprimen impuestos a proyectos solares y eólicos, al tiempo que se les mantienen los créditos fiscales hasta 2030.
Respecto a la finalización del plazo de los aranceles, el Presidente Trump ha anunciado que enviará entre 10 y 12 cartas a sus socios comerciales, anunciándoles la imposición de aranceles desde este viernes, teniendo en cuenta que el plazo finaliza el día 9, en un intento de forzar los avances en las negociaciones. La evolución de las mismas, impactará directamente en los principales índices bursátiles, que en las últimas semanas han entrado en un estado de complacencia, marcando máximos anuales, pero de enorme fragilidad, ante las incertidumbres y desafíos que están presentes.
Lo que los analistas políticos consideran como cambio radical en la política de la Casa Blanca, es el hecho de que ya no se busca tanto tensionar de forma extrema, sino estimular que los acuerdos se vayan produciendo, algo que está por ver si produce los frutos deseados.
De como se resuelva el tema de los aranceles va a depender en buena parte las expectativas de inflación para EEUU, que tan en cuenta está teniendo el presidente de la FED, para su política monetaria. En este campo la gran incógnita es saber si van a bajar los tipos en julio o después del verano. Hay quienes consideran que la inflación americana se verá afectada por los aranceles, lo que supondrá que Powell no va a bajar los tipos este año.
Finalmente, el desafío que también está generando muchos informes de análisis, es la debilidad del dólar, sobre el que todavía no hay certezas de hasta donde va a poder bajar y con múltiples argumentos sobre lo que está provocando su caída. Lo que están analizando desde el Banco Central Europeo es el impacto en la economía de la Zona Euro, en su incipiente recuperación.
Por tanto y como vemos, el tercer trimestre del año, estival por definición en sus dos primeros meses, estará plagado de incertidumbres, que según se vayan interpretando, moverán a los mercados en una dirección u otra, teniendo en cuenta el menor volumen de contratación que se va a ir instalando, lo que provocará oportunidades para los gestores activos.
María Jesús Soto
Directora El Inversor Inquieto