Desde que el ruido atronador de los aranceles ha hecho acto de presencia en las últimas semanas, la cita de la reunión de la Reserva Federal, se esperaba con mucha expectación, aunque no tanto por los tipos de interés, que se sabía que iban a mantenerse sin cambios entre el 4,25% y el 4,50%, como por las declaraciones de su presidente.

Las previsiones del equipo de Powell sobre el impacto de los aranceles en el crecimiento económico y la inflación americana, era una cuestión muy demandada por los inversores y los analistas. Los primeros comentarios tras sus declaraciones, afirmaban que había mantenido un tono muy cauteloso y que había ayudado a diluir buena parte del miedo que había en los mercados.
Las principales conclusiones fueron que la economía americana no iba a entrar en recesión y que la inflación no se vería gravemente afectada por los aranceles. En sus declaraciones afirmó que ven reduciéndose el crecimiento económico para los tres próximos años, quedando por debajo del 2% inicialmente previsto, pero ni sombre de recesión, que tanto inquietaba al mercado.
En términos de inflación es donde se ha generado algo de polémica entre algunas gestoras internacionales, que han considerado que su afirmación de que los aranceles van a tener un impacto transitorio en la inflación, les recuerda cuando mencionó lo mismo tras la apertura de las economías en la época post Covid, y cometió un grave error en sus afirmaciones. Ahora habrá que ver si se cumplen sus previsiones o de nuevo errará en los pronósticos.
Las estimaciones que han hecho para este año, llevan a que la inflación subirá del 2,3% que marcó el mes pasado, hasta el 2,5% o el 2,7%. Para los años 2026 y 2027, esperan que se mueva en torno al 2,2%.
En cuanto a las bajadas de tipos de interés, ha afirmado que esperan poder hacer dos recortes este año, para dejarlos a final de año entre el 3,25% y el 3,5%, así como poder bajarlos aún más los dos años siguientes hasta dejarlos entre el 3% y 3,25% como tipo neutral.
Al margen de si todas estas previsiones se cumplen, tal cual las han planteado, lo que ha supuesto un bálsamo para los inversores es la categórica afirmación de que la economía americana no va a entrar en recesión. El menor ruido ambiental en la semana, sobre el tema de los aranceles, también ha supuesto un alivio para los inversores. No obstante, la tensa calma se mantiene, hasta conocer más información sobre las negociaciones que se están produciendo entre EEUU y el resto de países, para poder concretar los aranceles que realmente se van a imponer y con ello calcular el impacto real en las economías.
Hasta ahora todos son conjeturas y previsiones, como la que hacía la presidenta del Banco Central Europeo esta semana, cuando afirmaba que ellos estiman que los aranceles anunciados, tendrían un impacto de tres décimas en el crecimiento de la economía de la Zona Euro.
El ánimo de los inversores todavía está bajo mínimos tras el jarro de agua fría recibida, por ello no muestran especial euforia en el corto plazo, hasta tener más información fiable. No obstante los índices y encuestas que analizan las intenciones de los inversores, a seis meses vista, son claramente alcistas en renta variable, aunque negativas a corto plazo, por lo menos hasta primeros de abril, que son los plazos con los que actualmente se cuenta, para conocer los aranceles que se van a sumar a los ya impuestos.
En cualquier caso, como todos sabemos, los momentos de miedo y volatilidad extrema siempre son claras oportunidades de compra en los mercados, para carteras de inversión con más de dos años de horizonte temporal, de ahí que los gestores, estén aprovechando capturar las oportunidades que el mercado les ofrece, dentro de las estrategias que tienen marcadas.