Tipos sin cambios, pero más incertidumbre sobre la economía de EE.UU. Como se esperaba, en su reunión de marzo la Reserva Federal mantuvo estable los tipos de interés, en el rango del 4,25%-4,5%, reafirmando el enfoque prudente adoptado ya en enero.

En su comunicado oficial, el banco central reiteró que la actividad económica sigue siendo sólida, pero también destacó un creciente nivel de incertidumbre sobre las perspectivas de crecimiento, reflejado en la revisión a la baja de las previsiones del PIB y al alza de las de inflación.
La Fed ahora espera un crecimiento del 1,7% en 2025 (frente al 2,1% previsto en diciembre), y del 1,8% en 2026 y 2027. Su previsión para la inflación ahora es de un 2,7% en 2025 (arriba desde el 2,5% de diciembre) y un 2,2% en 2026, mientras que para 2027 se mantiene la previsión del 2%. También se espera un ligero aumento del desempleo, que alcanzaría el 4,4% a finales de año (frente al 4,3% estimado en diciembre).
Dos bajadas en 2025
Sin cambios tampoco en el dot plot, el documento que recoge las previsiones de la Fed sobre los tipos para los próximos tres años. Este sigue apuntando a dos recortes antes de finales de año, con un tipo esperado del 3,75%-4% a finales de 2025. Sin embargo, cuatro gobernadores del FOMC no prevén ningún recorte en 2025.
Durante la rueda de prensa, el presidente de la Fed, Jerome Powell, atribuyó parte del repunte de la inflación a los aranceles impuestos por la administración Trump, aunque admitió que es difícil estimar con precisión su impacto. “Es demasiado pronto para decir si esta inflación adicional será transitoria o no”, afirmó. Powell también descartó una recesión, aunque reconoció que las estimaciones del sector privado sobre la probabilidad de una desaceleración económica han aumentado ligeramente en las últimas semanas, aunque siguen en niveles moderados.
Por último, la Fed decidió reducir a partir de abril el ritmo del Quantitative Tightening (QT), disminuyendo el límite máximo de reinversión en bonos del Tesoro de 25.000 millones a 5.000 millones de dólares al mes, mientras que los reembolsos de agency bonds y asset-backed securities se mantienen en 35.000 millones.
Riesgo de estanflación
Tras la reunión de la Fed, las gestoras internacionales destacan el riesgo de estanflación, con un crecimiento en desaceleración y una inflación en aumento, además del creciente impacto de las políticas fiscales y comerciales, factores que aumentan la incertidumbre y empujan al banco central a mantener una actitud de espera.
“El riesgo de estanflación es evidente”, señala Salman Ahmed, Global Head of Macro and Strategic Asset Allocation de Fidelity International. “Powell mencionó los aranceles como una posible fuente de inflación transitoria, pero los ecos de 2021/2022 hacen que este argumento sea poco convincente”, comenta el experto.
“Por el momento, la Fed está en modo esperar y ver, para evaluar si la reciente desaceleración del crecimiento se convertirá en algo más serio”, subraya Whitney Watson, Global Co-Head y Co-Chief Investment Officer of Fixed Income and Liquidity Solutions de Goldman Sachs AM.
Dan Siluk Daniel Siluk, Head of Global Short Duration & Liquidity y Portfolio Manager de Janus Henderson, coincide en destacar el enfoque “cauto pero flexible” del banco central, señalando “un tono algo menos agresivo de lo que esperaba Wall Street”. Para Siluk, el mensaje es claro: “A pesar de los desafíos, la Fed aún no cuenta con datos lo suficientemente concluyentes como para justificar un cambio en su política”, explica.
La política es la clave de la incertidumbre
Algunos expertos interpretan la prudencia de la Fed como una señal de indecisión sobre sus próximos movimientos.
“Se podría definir la reunión de marzo con una palabra: incertidumbre. Este término estuvo presente tanto en las declaraciones del FOMC como en la rueda de prensa de Powell. Por lo tanto, no se trató de una pausa acomodaticia (dovish) ni restrictiva (hawkish), sino de una pausa incierta”, comenta Jack McIntyre, gestor de Brandywine Global (parte de Franklin Templeton). El experto califica la reunión como “monótona”, aunque predecible en sus resultados, subrayando que, en la era de Trump 2.0, la política fiscal está desempeñando un papel más determinante que la política monetaria en la dirección de la economía.
Jean Boivin, responsable del BlackRock Investment Institute, también considera que la política es clave para entender la elevada incertidumbre que sacude los mercados financieros. “La Fed puede hacer poco para resolver esta situación, y ella misma se ve afectada por ella”, afirma Boivin. “Powell lo dejó claro en varias ocasiones, destacando la incertidumbre como una razón para la inercia: el camino de la política monetaria implícito en el dot plot del comité se mantuvo sin cambios, a pesar de unas previsiones de crecimiento más débiles y una inflación más alta”, advierte.
Poca visibilidad sobre los recortes de tipos en 2025
Esta incertidumbre también afecta a las expectativas sobre las próximas decisiones de la Fed. Actualmente, el mercado descuenta dos recortes en 2025, con la primera posible bajada prevista para la reunión de mayo o junio. Sin embargo, algunos expertos consideran plausible que el banco central mantenga los tipos sin cambios durante más tiempo del esperado.
“La Fed podría no recortar los tipos este año, o al menos el umbral para justificar nuevos recortes sigue siendo muy alto”, afirma Ahmed, de Fidelity. Boivin, de BlackRock, coincide: “Incluso si una incertidumbre prolongada empezara a afectar a un crecimiento que de otro modo sería sólido, la Fed tendría dificultades para recortar los tipos más de una o dos veces este año”, vaticina.
No todos lo ven tan difícil. Mahmood Pradhan, Head of Global Economics del Amundi Investment Institute, prevé tres recortes, “ya que el crecimiento seguirá desacelerándose”. Y Matthias Scheiber, Head of the Multi-Asset Solutions Team de Allspring, concuerda: “El crecimiento podría seguir debilitándose y la Fed podría verse obligada a recortar los tipos más de lo previsto”, argumenta.
Por su parte, Tiffany Wilding, economista de PIMCO, introduce un factor adicional en la ecuación: la situación del mercado laboral. Según la experta, en su intento por equilibrar el aumento de la inflación y los crecientes riesgos de recesión, Powell ha optado por un enfoque prudente. “Sin embargo, el desempleo será el árbitro final”, afirma. “Seguimos esperando que la Fed actúe de forma agresiva con los recortes si la tasa de desempleo comienza a subir”, concluye.