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Miércoles, 12 de Marzo de 2025

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Alemania: en medio de un reto geopolítico, las reformas son esenciales para reactivar el crecimiento

El próximo Gobierno de Alemania deberá abordar urgentemente las debilidades estructurales de la economía y, al mismo tiempo, hacer frente a una política comercial y de defensa estadounidense cada vez más proteccionista e impredecible. Sigue siendo difícil lograr un consenso político sobre las reformas.

Alemania: en medio de un reto geopolítico, las reformas son esenciales para reactivar el crecimiento

La prioridad de un nuevo Gobierno será establecer una estrategia industrial clara, modernizar las infraestructuras energéticas alemanas (AAA/Estable) y aplicar las reformas pendientes desde hace tiempo en materia de fiscalidad, sistema de pensiones y mercado laboral. En conjunto, estas medidas impulsarían la competitividad económica de Alemania, aumentarían el crecimiento económico del país y reducirían la pobreza.

Tras cinco años de casi estancamiento, el Gobierno entrante tendrá que dar prioridad a impulsar el crecimiento económico mediante reformas del lado de la oferta, máxime porque el proteccionismo estadounidense se suma a la incertidumbre geopolítica que pone en entredicho el modelo alemán de crecimiento basado en las exportaciones.

Un aumento generalizado de los aranceles estadounidenses a la importación afectaría 

significativamente a las industrias alemanas de fabricación de automóviles, maquinaria y equipos. Dichos aranceles provocarían una menor demanda de las exportaciones, un aumento de los costes de los insumos y una reducción de los márgenes de beneficio cuando las empresas ajusten sus cadenas de suministro. Además, incluso si los aranceles se aplazan o renegocian, es probable que en los próximos trimestres se frenen las inversiones debido a la persistente incertidumbre.

Hemos rebajado nuestra previsión del PIB para 2025 del 0,9% al 0,1% para tener en cuenta el probable impacto de los aranceles estadounidenses y el colapso del Gobierno de coalición de Alemania en noviembre, que retrasa posibles estímulos fiscales. El crecimiento ha ido a la zaga de otras grandes economías europeas (Gráfico 1 - El crecimiento económico alemán va a la zaga de otras grandes economías %).


Desde 2019, la expansión del PIB en España (+8%), Italia (+5%), Francia (+4%) y Reino Unido (+3%) ha superado a la de Alemania, al igual que las tasas de crecimiento en Japón (+2%) y Estados Unidos (+12%). Con las crecientes presiones demográficas, situamos el potencial de crecimiento a medio plazo en torno al 0,5-0,7%.

Las débiles perspectivas de crecimiento de Alemania reflejan el declive de su competitividad internacional, que ha descendido del puesto 15 en 2022 al 24 en 2024 en la clasificación mundial de competitividad del IMD. Sin embargo, hay varias reformas ambiciosas que el próximo Gobierno de coalición podría emprender tras las elecciones del 23 de febrero para abordar los retos estructurales de Alemania.

Necesidad de hacer frente a los elevados precios de la energía

El acceso a energía barata ha sido crucial para el tejido industrial alemán. Sin embargo, tras las subidas de precios posteriores a la pandemia, los precios del gas natural en la UE en 2024 seguían siendo aproximadamente cinco veces más altos que en Estados Unidos. Esto contrasta con los precios de 2019, que eran aproximadamente 1,8 veces los precios estadounidenses.

Una forma que Alemania tiene de abordar sus elevados costes energéticos es a través de una mayor inversión en  infraestructura energética para integrar mejor los crecientes volúmenes de electricidad solar y eólica intermitente. Sin embargo, depender principalmente de los compromisos del sector privado mantendrá los precios de la electricidad en Alemania entre los más altos de la UE (Gráfico 2 - Precios de la electricidad doméstica y no doméstica, EUR/kWh), ya que las empresas trasladan los costes a los usuarios finales.

Es probable que las importantes necesidades de inversión para la transición energética obliguen a Alemania a mantener unos precios de la electricidad elevados en comparación con otros países de la UE. Aun así, el nuevo Gobierno podría plantearse reducir los impuestos sobre la electricidad y trasladar parte de los costes de modernización de la red al sector público. Tales medidas podrían ser posibles dentro del actual marco de freno de la deuda, si se estructuran como una transacción financiera.


Un régimen fiscal competitivo y reformas del mercado laboral para fomentar la inversión privada

Un régimen fiscal de las personas físicas y las empresas más competitivo podría contribuir a aumentar la inversión del sector privado y a reducir la gran brecha de inversión de Alemania, que estimamos en más de 400.000 millones de euros en comparación con otros países con calificación AAA.

El tipo del impuesto de sociedades alemán es elevado (29,9%), por encima de Italia (27,8%), Francia (25,8%), EE.UU. (25,6%) y el Reino Unido y España (25% ambos). Del mismo modo, la cuña fiscal - que mide la diferencia entre el coste laboral total de un empleado para su empleador y el salario neto - es una de las más altas entre las economías desarrolladas.

Además, el aumento de la inversión en educación y las reformas del mercado laboral podrían permitir una mayor participación laboral de las mujeres y los inmigrantes. Dada la actual escasez de trabajadores cualificados en Alemania, las reformas para animar a la generación de más edad a trabajar tras la jubilación apoyarían la oferta de mano de obra y aliviarían las presiones fiscales derivadas del reto demográfico alemán.

La reducción de la burocracia y la simplificación de la normativa para apoyar la inversión del sector privado han sido reconocidas como una prioridad por la mayoría de los partidos políticos, aunque es probable que la aplicación de las reformas sea gradual.

Estas reformas estructurales siguen siendo fundamentales para elevar el crecimiento del país a medio plazo. Si se combinan con una posible reforma de la norma del freno de la deuda para permitir una mayor inversión del sector público que fomente el crecimiento, se crearía un espacio fiscal adicional para ayudar a hacer frente a las crecientes necesidades de gasto, garantizando al mismo tiempo la resistencia económica a largo plazo.

Aumento de la defensa y presiones constantes sobre el bienestar

Alemania cumple actualmente el objetivo de gasto militar de la OTAN del 2% del PIB gracias a un fondo especial de 100.000 millones de euros acordado en 2022. La mayor parte de este fondo ya se ha asignado a diversos gastos de defensa. Sin embargo, a partir de 2027 se necesitarán 30.000 millones de euros adicionales al año, lo que exigirá mayores ingresos públicos, recortes del gasto o nuevas emisiones de deuda.

En 2024, los gastos de defensa representaban el 11% del presupuesto federal. Sin fuentes de ingresos adicionales, este porcentaje tendría que aumentar hasta alrededor del 18% para cumplir el objetivo actual de la OTAN. Si los miembros de la OTAN aumentaran el objetivo al 3% del PIB, el 27% del presupuesto actual tendría que destinarse a gastos de defensa.

Al mismo tiempo, ninguno de los grandes partidos políticos ha propuesto reformas de calado para hacer frente a la creciente carga de las pensiones en Alemania, propuestas impopulares en las campañas electorales pero cruciales para la estabilidad fiscal a largo plazo. Alrededor del 27% del presupuesto total de 2025 se destinará a pensiones y este porcentaje podría duplicarse de aquí a 2050, ya que la tasa de dependencia de la tercera edad superará el 50%, frente al 36% actual.


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