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Jueves, 2 de Enero de 2025

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JPM

Cotizaciones

EDITORIAL: "Los inversores despiden un gran 2024".

A pocas sesiones de cerrar este año, ya podemos confirmar que ha sido una gran año, para los inversores que han sabido aprovechar las oportunidades que el mercado ha ofrecido.

EDITORIAL:

Cuando empezamos el año 2024, la estrategia principal era no repetir el error que muchos habían cometido en el 2023, y había que olvidarse de las letras del tesoro y los activos a corto plazo, si no se necesitaba el dinero al menos en un año. Los que repitieron el error, ya se han perdido dos años de mercado excepcionales, tanto para la renta fija, como la renta variable e incluso el oro, como materia prima, que siempre aporta cobertura y este año, además un rentabilidad excepcional.

 

Ahora que se termina el año, para los inversores resulta obligado, el analizar la rentabilidad que han obtenido, para concretar si los profesionales en los que confían la gestión de su ahorro, han aprovechado las oportunidades o las han dejado pasar. Carteras que podemos llamar equilibradas, con un máximo en renta variable del 50%, deberían haber tenido la mayor parte en EEUU, sin dejar fuera Japón o India, manteniendo en Europa el resto. Dentro de los sectores, el sector tecnológico ha sido claramente el más beneficiado, como demuestra el índice americano Nasdaq, que va a cerrar el año con rentabilidades por encima del 30%.

 

Estas carteras equilibradas, en su parte de renta fija gubernamental deben haber sido muy activas, para conseguir rentabilidad de la volatilidad que la duración más larga ha tenido, y la mayor parte debería haber estado en renta fija corporativa, de grandes empresas, de sectores financieros o energéticos, que han aportado rentabilidades atractivas y añadido a todo esto, una posición de oro físico, también ha sido un acierto claro. Una cartera con esta composición terminará el año con una rentabilidad entre el 7 y el 9%, lo que deja a las inversiones a corto plazo muy lejos de esa rentabilidad.

 

Si la composición de la cartera ha sido errónea, el inversor se puede encontrar con niveles de riesgo similares al de la cartera equilibrada, pero con rentabilidades igual o inferiores al 3%, lo que sin duda debería hacerles replantearse el equipo de profesionales a los que confía la gestión del patrimonio.

 

Las carteras más agresivas, tanto por tener mayor porcentaje de renta variable o por estar muy concentradas en sectores de tecnología e inteligencia artificial, pueden haber obtenido rentabilidades superiores. No obstante, no muchos inversores están preparados para la volatilidad que esas estrategias conllevan.

 

Por otro lado, las carteras más moderadas, con menos renta variable, deberían haberse movido entre el 5 y el 6%, que también supondría estar por encima de los activos a corto plazo o depósitos.

 

Además de analizar la rentabilidad obtenida en 2024, los inversores deben conocer la estrategia que van a seguir en 2025, porque los analistas coinciden en que de nuevo será un buen año para la renta variable. Quienes se hayan perdido las excepcionales rentabilidades del año 2023 y 2024, deberían hacer un cambio drástico en la gestión del patrimonio, para aprovechar las oportunidades que nos va a brindar el 2025, dado que posiblemente será el último con oportunidades tan claras, hasta que otro cambio de ciclo, nos vuelva a llevar al lugar en el que estábamos en 2023.

 

Los inversores deberían considerar imperdonable, el hecho de que los profesionales a los que confían su ahorro, no aprovechen todas las oportunidades que el mercado regala en momentos tan previsibles como los que hemos vivido. Todos sabemos que los ciclos conllevan años de “vacas gordas y otros de vacas flacas”, dejar pasar las gordas, es un síntoma inequívoco de mala gestión y falta de profesionalidad.

 

El año 2025 será una año para estar en mercado, pero con la certeza de que tendremos más volatilidad y menos rentabilidad que el año anterior, pero siempre muy por encima de las alternativas de seguros, depósitos o letras del tesoro. La última palabra la tienen los inversores, que son los que con su confianza, premian o castigan a los profesionales, en función de los resultados que se obtienen, en cada entorno de mercado.

María Jesús Soto
Directora El Inversor Inquieto

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