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Sábado, 27 de Julio de 2024

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JPM

Cotizaciones

El BCE mantiene los tipos sin cambios a la espera de más datos

Primeras reacciones de las gestoras internacionales. Confirmación de que no estamos ante un ciclo monetario al uso. A pesar de bajar por primera vez desde 2019 los tipos de interés, el Banco Central Europa ha optado en la reunión de julio por mantener sin cambios su política monetaria.

El BCE mantiene los tipos sin cambios a la espera de más datos

Es una decisión que no ha sorprendido al consenso de las gestoras internacionales. “Sin sorpresa para nadie y en línea con la comunicación anterior, incluyendo la realizada en el foro de Sintra”, resume Gero Jung, economista jefe de Mirabaud Asset Management.

No creemos que el BCE vaya a recortar mucho y rápido. Al igual que su ciclo de subidas, este no es el típico ciclo de recortes: este no es un retorno al mundo que conocimos, en el que la inflación se situaba sistemáticamente muy por debajo del objetivo del 2%”, sentencia Ann-Katrin Petersen, estratega jefe de inversiones para Alemania, Austria, Suiza y Europa del Este en el BlackRock Investment Institute. Con unos mercados laborales todavía tensos y una productividad débil, la gestora cree que las presiones internas sobre los precios podrían mantener la inflación cerca o por encima del 2%, incluso si pensamos que el crecimiento salarial bajará de los niveles actuales.

En opinión de Karsten Junius, economista jefe de J Safra Sarasin Sustainable AM, el BCE no parece satisfecho ni con la última tendencia de la inflación ni con la actual dinámica de crecimiento. “Afirmó que el crecimiento de los costes laborales seguirá siendo elevado durante un tiempo debido al carácter escalonado de los acuerdos salariales y los pagos únicos. Esto está frenando las presiones sobre los precios internos y, en particular, los precios de los servicios”, analiza.

Reina la datodependencia
Las firmas extranjeras ven claro el motivo: la datodependencia. “La fortaleza del mercado laboral sugiere que el BCE no tiene prisa por recortar más los tipos. El flujo de datos de los próximos meses decidirá la velocidad a la que el BCE eliminará las restricciones adicionales”, interpreta Konstantin Veit, gestor de cartera de PIMCO.

Como bien remarca Nicolas Forest, director de Inversiones de Candriam, en la conferencia de prensa Christine Lagarde se mantuvo relativamente prudente, haciendo hincapié en un enfoque político dependiente de los datos. “A pesar de un descenso significativo de las tasas de inflación (hasta alrededor del 2,5%), el BCE mantiene que las presiones internas siguen siendo demasiado elevadas (fuerte mercado de trabajo y elevados costes laborales). Sin embargo, el crecimiento está inclinado a la baja”, opina Forest.

Es una postura en la que coincide Ulrike Kastens, economista para Europa de DWS: “el BCE está a la espera de más datos, en particular sobre una ralentización de los aumentos salariales. Esto podría dar margen para una mayor relajación de las restricciones de la política monetaria”. Y es que los recientes datos sobre la inflación de los servicios y los salarios no se han moderado, como se esperaba inicialmente tras el recorte de tipos de junio. “Si bien los riesgos para el crecimiento siguen siendo a la baja, la compensación laboral todavía se está recuperando en algunos sectores como resultado del aumento de la inflación posterior al covid”, comenta Dave Chappell, gestor senior de Renta Fija de Columbia Threadneedle Investments.

La inflación, bajo control según el BCE
Y es que la inflación en estos momentos no es un foco de preocupación para el BCE. “Lagarde restó importancia al reciente repunte de la inflación, que calificó de puntual, y a las presiones salariales generales, que en líneas generales se ajustan a sus expectativas”, comenta Salman Ahmed, responsable global de macro y asignación estratégica de activos en Fidelity International.

Y Nadia Gharbi, economista para Europa de Pictet WM, coincide: “De momento, en la sesión de preguntas y respuestas han mostrado confianza en que la inflación converge hacia el objetivo a medio plazo”. En su comunicado, el BCE considera la inflación ampliamente en línea con sus proyecciones de junio, lo que justifica el statu quo.  Considera que la pegajosa inflación subyacente de mayo se debió a factores puntuales y que la mayoría de las medidas se han mantenido estables o a la baja en junio.  

“Aunque el crecimiento salarial sigue siendo elevado y constante, Lagarde parece considerarlo un indicador rezagado de la presión inflacionista, y tanto ella como el Consejo parecen más preocupados por la ralentización del crecimiento económico”, destaca Guy Stear, jefe de Estrategia de Mercados Desarrollados de Amundi.

El mercado mira hacia septiembre
Ya desde la reunión de junio las gestoras internacionales tenían claro que la cita de julio iba a ser de transición. Así, se mantienen firmes en fijar para septiembre como la próxima fecha más probable de esa siguiente bajada de tipos como esperan DWS, Mirabaud AM, entre otras.

Pero nada está escrito. “Seguimos pensando que la posibilidad de que el BCE recorte los tipos en septiembre es más probable que la de que no lo haga. Sin embargo, sorpresas al alza en los datos de inflación de julio y agosto o en los datos salariales del segundo trimestre tienen el potencial de descarrilar esta posible rebaja en los tipos”, afirma Felix Feather, economista de abrdn. Así lo ve también Peter Goves, responsable de análisis de deuda soberana de mercados desarrollados de MFS Investment Management. Su hipótesis de base es un recorte en septiembre, pero no dirían que septiembre está sellado. “De hecho, un recorte está en torno al 80% previsto para septiembre. Creemos que los próximos datos deberían confirmar la narrativa desinflacionista y permitir un recorte en la próxima reunión”, matiza.

A partir de ahí, hay más diversidad de opiniones sobre el número de recortes que veremos en 2024. La mayoría, y lo que descuenta el mercado, cree que habrá solo dos bajadas de tipos más. “Este ritmo de recortes parece el más apropiado a la luz de la dinámica de los datos y de las perspectivas de inflación. Aunque reacios a dar una orientación firme, también es el ritmo que algunos miembros, incluso de los más halcones, han empezado a respaldar”, defiende Sandra Rhouma, Economista del equipo de Renta Fija Europea en AllianceBernstein.

Sin calendario fijo
Pero también hay voces, como las del equipo de análisis de Schroders, que creen que el BCE podría llevar a cabo otros tres recortes de tipos de 25 puntos básicos de aquí a finales de año. Posteriormente, prevén otros dos recortes de 25 puntos básicos para el primer trimestre del próximo año y que después se mantenga a la espera durante el resto de 2025.

“Es probable que la pausa se vea forzada por la reaparición de las presiones inflacionistas. A medida que la demanda interna se recupere y el crecimiento vuelva a situarse por encima de la tendencia, la falta de capacidad excedentaria, sobre todo en los mercados laborales, debería provocar un nuevo aumento de la inflación salarial, obligando a las empresas a subir sus precios. Aunque la eurozona está saliendo de una recesión cíclica, las tasas de desempleo se han mantenido cerca de mínimos de varias décadas, lo que pone de relieve el impacto del envejecimiento demográfico y la acumulación de mano de obra”, argumentan desde Schroders.

No obstante, Jung también recuerda que la declaración oficial del BCE no se compromete a ningún otro movimiento de antemano y no da señales sobre el calendario de los próximos movimientos ni sobre la magnitud de los mismos. Es un punto que también recalca Chappell, que tanto la declaración de política monetaria como los comentarios de la presidenta Lagarde dejaron claro que no existe un camino para la normalización de los tipos de interés en este momento; después de la anterior incomodidad causada por una orientación anticipada casi explícita.


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