En los últimos tres años, el Gobierno de España no ha sabido lo que es la presión de Bruselas, porque la pandemia ha justificado los niveles de gasto más alto que se han producido en nuestro país.

El gasto público sin techo, las ayudas europeas y las emisiones de deuda con tipos de interés negativo o cero, han provocado que el actual gobierno haya tenido a su alcance la mayor cuantía de recursos que jamás ningún gobierno haya tenido antes.

Cuando la ministra de economía presume de que ha caído el nivel de deuda pública, se le ha olvidado dar las gracias a los ciudadanos y empresas, por el  aumento de la recaudación. El Gobierno tomó la decisión de no tener en cuenta la histórica subida de la inflación, que provoca directamente un aumento de la recaudación y de los ingresos públicos, no por buena gestión, sino por la espoliación de todos y cada uno de los ciudadanos. Las empresas, que no reciben más que ataques y reveses del actual gobierno, a duras penas consiguen luchar contra la gravedad de la situación que están viviendo con las subidas de precios, de seguros sociales, de costes de producción, falta de mano de obra, caída de la productividad y aumento de los impuestos.

Bruselas está persiguiendo a la ministra de economía, para que de explicaciones sobre lo que nuestro país ha hecho con los fondos europeos. Calviño pasa la pelota a las Comunidades Autónomas, en una dejación de responsabilidad, que está inquietando a Bruselas y que perjudica la imagen de nuestro país, de forma importante, una vez más.

Por si esto fuese poco, ya se está hablando en Bruselas de que hay que empezar a plantearse volver a exigir austeridad fiscal a los países y que vuelvan a los requisitos de sostenibilidad de las cuentas públicas, que dan estabilidad a la Zona Euro. Nuestro Gobierno está negociando que esas exigencias se flexibilicen, para seguir gastando sin control alguno, dado que no saben gobernar de otra manera. Por supuesto los alemanes están en contra y por tanto más pronto que tarde, volverán las exigencias aumentando hasta conseguir la estabilidad de las cuentas públicas de todos los países.

En la retina tenemos las crisis financiera que nos llevó a ser prácticamente intervenidos en 2012, situación provocada por el Gobierno de Zapatero y resuelta por el de Mariano Rajoy, no sin sacrificios y enfrentamientos graves. Claramente gasto improductivo y endeudamiento excesivo, es la única manera de Gobernar que entienden las ideologías de izquierdas de nuestro país durante décadas.

Posiblemente estemos de nuevo en una historia repetida, porque todo apunta que la debacle electoral que va a recibir el actual Gobierno va a ser histórica, y de nuevo tendrán que ser las ideologías de derechas, los que se enfrenten a las exigencias de Bruselas, para meter en cintura un país enormemente endeudado, con tipos de interés y por tanto de financiación importantes, con un nivel de productividad muy bajo.

Empecemos a prepararnos para los recortes, las huelgas en la calle y todo lo que ya hemos vivido en situaciones similares anteriores, porque será un “dejá vu”. Bruselas está de vuelta, de la mano de la normalización de las políticas monetarias y el mundo a su actividad pre pandemia.

María Jesús Soto
Directora El Inversor Inquieto