Cuando el verano estaba dando comienzo, la necesidad y deseo de disfrutar de las ansiadas vacaciones hacían que pensar en lo que el otoño o invierno fuesen a traer, quedase en la “bandeja” de pendiente, para no enturbiar el presente.

Al finalizar agosto y comenzar septiembre, ha llegado el momento de enfrentarse a lo que está por venir y por tanto preparar la vuelta de la misma manera que se prepararon las vacaciones: de forma concienzuda e ilusionante.

Bien es cierto que ahora nos enfrentamos a algo menos agradable y por tanto vamos a necesitar poner un mayor esfuerzo, pero ánimo, estamos más que preparados para poder hacerlo con éxito.

Lo primero que debemos hacer es analizar en nuestro entorno particular, como se van a materializar y concretar todos los pronósticos o medidas que nos han anunciado que debemos aplicar. Desde el punto de vista macro económico, debemos tener claro que la inflación en nuestro país seguirá siendo muy alta, y que el Gobierno no tiene ninguna intención de aliviar a las familias y empresas, bajando impuestos, costes sociales o tomando medidas que ayuden realmente en la situación crítica que vivimos. Aunque dura y desesperante realidad, no hay incertidumbres al respecto. Ya sabemos a qué atenernos, al margen de nuestra opinión personal sobre semejante forma de gestionar esta crisis.

Lo que también parece una certeza, que confirmarán los datos en los próximos meses, es que la economía española va a entrar en recesión, con el consiguiente impacto en el mercado laboral, así como en la actividad empresarial, que serán las variables más dañadas. La importante mejora del turismo este verano, no va paliar la crítica situación de nuestra economía.

Ante todo esto, los presupuestos familiares cobran vital importancia, para poder hacer frente a los gastos imprescindibles de la familia, para posteriormente ir cubriendo  los gastos necesarios y tal vez sacrificar aquellos gastos que son prescindibles, aunque sea doloroso el determinar cuales son y renunciar a ellos, para poder costear los que consideremos imprescindibles o realmente necesarios. En esta ardua, pero necesaria tarea, es fundamental que participe toda la familia, para que tenga éxito y todos sientan la presión de la realidad económica en la que nos vamos a mover durante meses e incluso casi dos años.

Para saber hasta cuando va a durar esto, debemos mirar a la inflación, que es la que está marcando las políticas monetarias de los bancos centrales. Los tipos van a seguir subiendo, la incertidumbre es hasta cuando y a qué ritmo, algo que marcará la evolución de la inflación y las distintas economías. Que EEUU ya va por la senda del control y por tanto, aventajado en solucionar la situación, es una gran noticia, primero para ellos y después para los mercados de capitales.

Las economías domésticas sufren lo que sucede en su país y entorno geográfico, pero los negocios y la inversión en activos financieros, se ven beneficiados del acceso a los mercados que van mejor, para conseguir beneficios de forma inmediata, como bien nos lo han demostrado los mercados de capitales este verano, tras las buenas noticias desde EEUU.

China está adoptando medidas para ayudar a su maltrecha economía, EEUU intentando no caer en recesión y Europa, con su viacrucis particular, rehén de las consecuencias de la guerra y  del Covid, con grandes posibilidades de entrar en recesión.

En España serán de vital importancia las citas electorales del año próximo, para determinar el rumbo político que se desea en nuestro país. Durante lo que resta de año, ni todo el año próximo, la situación económica será fácil, ni por lo doméstico ni por lo internacional. Lo que si tendremos más cerca es la mejora gradual de las duras circunstancias actuales, pero nada hace presagiar que nuestra situación empiece a mejorar para los españoles, hasta 2024. Cuanto antes lo aceptemos, mejor podremos preparar nuestros asuntos financieros y económicos.

Los inversores que tengan bien diversificadas sus carteras, si podrán ir disfrutando de las mejores expectativas que se vayan teniendo presentes, pero no exentos de volatilidad. La renta fija ya resulta atractiva en muchas de sus emisiones, por lo que los gestores están cargando sus carteras con ello, así como las compañías de calidad, que a nivel global, van a soportar el impacto actual  e incluso salir fortalecidas.

Estamos por tanto con un objetivo claro: sobrevivir a lo que tenemos por delante, un horizonte temporal de unos dos años y ahora toca que cada uno haga su plan de acción para conseguir ese objetivo. En esto debemos centrar nuestros esfuerzos iniciales, ahora que volvemos más descansados, para después sólo dedicarnos a que se cumpla la estrategia que cada uno se plantee.

Lo que resultará suicida es mirar hacia otro lado o pasarnos el día lamentándonos, sin hacer nada para proteger nuestras vidas y nuestros patrimonio. Por tanto ánimo y a por ello, de otras situaciones igual de complejas hemos salido y esta no será diferente. Manejamos la información y tenemos capacidad, el resto depende de nuestra voluntad.

 

María Jesús Soto
Directora El Inversor Inquieto