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Miércoles, 10 de Diciembre de 2025

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Cotizaciones

La Fed llega a la última reunión del año más dividida que nunca: se abre el camino a un empate que nunca antes ha ocurrido

La última reunión del año de la Reserva Federal llega con la mayor división de la historia en el seno de la entidad. La situación de la economía estadounidense complica la decisión de los 12 miembros con derecho a voto en el Comité Federal del Mercado Abierto, en un momento en el que el desempleo está empezando a repuntar, y preocupa a varios miembros del organismo, pero coincide con una inflación que todavía no está controlada.

La Fed llega a la última reunión del año más dividida que nunca: se abre el camino a un empate que nunca antes ha ocurrido

En ese frágil equilibrio de riesgos, seis de los doce miembros del Comité que decidirán qué hacer con los tipos este miércoles quieren recortar el precio del dinero 25 puntos básicos, mientras cuatro se inclinan por mantenerlos sin cambios en el 4%. Y en medio, hay dos nombres que no han dado indicios de cuál es su preferencia.

Sobre la mesa de la Fed hay dos cifras: una tasa de desempleo en el 4,4%, máximos de los últimos cuatro años, y una tasa de inflación del 3% interanual, todavía un punto porcentual por encima del objetivo que mantiene el banco central. Esto plantea un problema a los miembros del Comité Federal del Mercado Abierto, ya que deben elegir si bajan tipos para frenar el descenso del desempleo, o si los mantienen sin cambios, para intentar seguir llevando el IPC al objetivo del 2%. El problema es que, a diferencia de otros bancos centrales, como el europeo, que sólo persigue la estabilidad de precios (inflación), la Fed tiene ambos objetivos en su mandato.

La ruptura en el seno de la Fed hace que el encuentro de diciembre sea especialmente importante. Lo que se decida ayudará a ver hacia dónde se inclina el banco central, que va a cambiar de presidente en mayo y tiene su independencia política amenazada por la administración Trump, algo que puede marcar el futuro de la política monetaria en Estados Unidos en el futuro. De cara al año que viene el mercado espera otros dos recortes de tipos, después del que se descuenta que haya este diciembre.

La última reunión de política monetaria de la Fed, que tuvo lugar el 29 de octubre, dejó evidencias de la división en el banco central. El propio presidente de la institución, Jerome Powell, reconoció que en el Comité hay ahora dos posturas enfrentadas una división evidente de lo que hay que hacer, y las declaraciones de varios miembros de la Fed que han saludo a la luz en las últimas semanas confirman esta realidad. Ahora todo apunta a que hay cuatro miembros convencidos de la necesidad de mantener los tipos sin cambios, frente a seis que quieren recortarlos 25 puntos básicos, y otros dos que siguen siendo una incógnita y que, si deciden optar por mantener tipos, crearían una situación de empate que implicaría que el precio del dinero no se moverá.

En caso de empate, se daría una situación que no tiene precedentes en la historia de la Reserva Federal, desde 1935 y confirmaría que la división en el seno del banco central jamás había alcanzado estas cotas.

¿Quiénes quieren bajar tipos?
Las posturas de la mayor parte de miembros con derecho a voto en el Comité Federal del Mercado Abierto de la Fed están bastante claras. Por un lado, hay seis participantes que han lanzado mensajes a favor de un recorte de tipos. Se trata de Philip Jefferson, vicepresidente de la entidad, Michelle Bowman, Christopher Waller, John Williams, Mary Daly y Stephen Miran.

Jefferson, en un discurso el pasado 17 de noviembre en la Reserva Federal de Kansas City, dejó bastante clara su postura de cara al encuentro del próximo miércoles. "En general, veo un cambio en el balance de riesgos de la economía en los últimos meses, con un aumento de los riesgos a la baja para el empleo, comparado con los riesgos al alza para la inflación, que recientemente se han moderado", ha señalado el vicepresidente. Así, todo apunta a que, salvo sorpresa, votará por recortar los tipos para intentar apoyar al empleo, ya que percibe que es más necesario esto último, ante una inflación que está dando señales de moderación.

Michelle Bowman, por su parte, es una clara partidaria a bajar tipos, y se trata de uno de los perfiles aliados de Donald Trump en la Fed. Las presiones constantes del presidente estadounidense para que el banco central baje tipos hacen muy difícil que una miembro cuya candidatura fue presentada por el republicano, decida romper filas con sus aliados y optar por mantener tipos. Así, se espera que vote por recortarlos, igual que lo hizo en julio, cuando fue uno de los pocos miembros del Comité que rompieron con el voto mayoritario en aquel momento, y propuso bajar los tipos, algo que no ocurrió.

Christopher Waller sigue la misma lógica: le debe su cargo a Trump y es un gran aliado del presidente estadounidense. En los últimos meses ha insistido en varias ocasiones en la necesidad de centrarse en el deterioro del empleo, y ha señalado que se necesita "más seguridad" para frenar la caída del mercado laboral. Parece claro que votará por recortar el precio del dinero.

John Williams ha sido una de las últimas voces en hacer pública su opinión sobre la reunión de diciembre y, de hecho, fueron sus declaraciones, el pasado 21 de noviembre, las que terminaron de convencer a los mercados de que la Fed bajaría tipos en la última reunión del año. Cuando Williams habló los inversores reaccionaron y pasaron a descontar oficialmente el recorte como la opción más probable. "Todavía veo espacio para un ajuste de tipos en el corto plazo para acercar más la política monetaria al tipo neutral", aseguró Williams.

Mary Daly se sumó a las filas de Williams el 24 de octubre al anunciar públicamente que apoya un recorte de tipos en diciembre, ya que "en el mercado laboral, no estoy tan confiada en que podamos adelantarnos. Es lo suficientemente vulnerable ahora como para que se produzca un cambio no lineal", es decir, desproporcionado.

El último candidato que se inclina por bajar tipos es el más claro de todos. Stephen Miran, nominado por Trump para la Fed, y uno de los asesores económicos más cercanos al presidente, ha sido quien más ha roto el consenso de la Fed en los últimos encuentros, al haber votado por recortes de tipos incluso de 50 puntos básicos en reuniones en las que la opinión mayoritaria fue no tocarlos.

Los que quieren mantener la política monetaria sin cambios
En frente de los partidarios a bajar tipos, hay cuatro miembros, en aparente minoría, que se inclinan por mantenerlos sin cambios, por el temor de que una bajada vuelva a impulsar el crecimiento de la inflación, algo que puede reactivar las críticas al banco central, cuyas políticas antes del repunte de la inflación de 2021 y 2022 recibieron duras críticas. Son Michael Barr, Susan Collins, Raphael Bostic y Jeffrey Schmid.

Michael Barr es uno de los miembros que, durante los últimos meses, hasta ahora, ha mantenido una advertencia constante sobre el peligro de un nuevo repunte inflacionista. En noviembre ha redoblado los esfuerzos en este sentido: el 6 de noviembre, en una entrevista con la agencia Bloomberg, insistió que, si bien se ha hecho progreso con la inflación "todavía hay trabajo por delante", una idea que repitió el pasado 18 de noviembre, cuando señaló que "necesitamos tener cautela, teniendo que la inflación se ha mantenido alta durante el último año".

Susan Collins, por su parte, dejó claro el 22 de noviembre en una rueda de prensa en la Fed de Boston, que ella dirige, que "la política monetaria actual está en el lugar correcto", y explicó que tiene "motivos para ser reticente" a la bajada de tipos. Un voto menos para el recorte.

Para Raphael Bostic, gobernador de la Fed de Atlanta, la situación también es clara, y lo advirtió el pasado 12 de noviembre: "El riesgo más claro y más urgente es la estabilidad de precios", lo que le lleva a optar por mantener los tipos sin cambios hasta que haya "claros indicios" de que la inflación está volviendo al objetivo del 2%.

En cuanto a Jeffrey Schmid, ya en la última reunión de la Fed votó por mantener los tipos sin cambios, y el 14 de noviembre se reafirmó en esta postura, al declarar que "la Fed no puede permitirse ser complaciente" con la inflación.

La incógnita: Powell y Cook, agraviados por Trump, tienen la llave
Hay dos miembros del Comité de la Fed que no han dejado clara su postura sobre la reunión de diciembre. Por un lado, Lisa Cook, advirtió a principios de noviembre en un discurso en la Brookings Institution, que estaba más preocupada por la inflación en EEUU que por el empleo, sumándose al grupo de miembros de la Fed que quieren bajar los tipos de interés. Sin embargo, el mensaje de Cook no fue una señal clara de su posición, ya que también comentó que el momento actual hace que "los riesgos, en ambos sentidos, sean elevados".

No hay que olvidar que Cook es un perfil rival de Trump. La economista ha sido despedida de la Fed por parte del presidente estadounidense, pero esta decisión ha sido paralizada por el Tribunal Supremo de Estados Unidos, hasta aclarar si realmente se puede cesar a la gobernadora por los cargos de los que se le acusan. Como mínimo, hasta que comience su juicio, en enero, se mantendrá en la Fed, y no se puede descartar que finalmente opte por votar mantener los tipos sin cambios. Esto sería un bache en los planes de Trump de lograr convencer a la Fed para recortar el precio del dinero.

Por último, queda la incógnita de Powell. El presidente de la Fed ha sido el objetivo de constantes ataques e insultos personales por parte de Trump, quien lo ha llamado "estúpido", "imbécil", "testarudo", "llorón como un bebé", "político de pacotilla", "el tardón", "cabeza hueca", "incompetente"… y ha repetido en varias ocasiones que le encantaría despedirle de la Fed.

Parece que no lo hará, ya que su cargo termina en mayo del año que viene, y todo apunta a que Trump ya tiene un sustituto decidido, con el probable nombramiento de Kevin Hassett de cara al próximo mandato. En todo momento Powell se ha mantenido al margen de los ataques personales y ha demostrado una profesionalidad que le honra, sin entrar al trapo, y siempre justificando sus decisiones y su postura en relación al mandato de la Fed. El sentido del voto de Powell, sea cual sea, se podrá justificar, ya que el equilibrio de riesgos entre el desempleo y la inflación está muy equilibrado, y eso explica la división en la Fed, por lo que no se puede descartar que el presidente pueda votar por mantener los tipos. Si lo hace junto a Cook, esto crearía un empate que anularía la decisión de la Fed, ya que el voto del presidente de la Fed vale lo mismo que los del resto del Comité, por lo que el resultado en ese caso sería que los tipos se mantendrían sin cambios en esta reunión, algo que, probablemente, enervará a Trump.

Completo en El Economista

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