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Jueves, 27 de Noviembre de 2025

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JPM

Cotizaciones

Esperamos una subida del oro del 10-15% el próximo año.

El oro se ha convertido en uno de los activos estrella de este año, acumulando una revalorización del 50%. ¿Veremos subidas adicionales en el metal precioso?

Esperamos una subida del oro del 10-15% el próximo año.

Matthew Michael, analista de materias primas y deuda emergente de Schroders, lo tiene claro: sí. El experto destaca los factores que pueden impulsar el precio del oro y las claves que lo posicionan como un activo monetario esencial para las carteras. 

Los últimos 18 meses han demostrado que la correlación histórica entre renta variable y renta fija ya no es tan sólida, especialmente con los niveles actuales de inflación, lo que requiere un enfoque diferente para construir carteras. En este entorno, “el oro se ha convertido en uno de los componentes clave para la protección y el aumento de la rentabilidad de las carteras de los inversores”, afirma Matthew Michael. Además, el experto destaca 3 factores que impulsarán el precio en esta nueva dinámica del mercado:

1.La acumulación de reservas de oro por parte de bancos centrales
Las preocupaciones por la impresión de dinero y la inflación han llevado a que los bancos centrales hayan diversificado sus reservas desde hace décadas, sobre todo en los últimos 3 años. Los bancos centrales, especialmente de mercados emergentes (Asia, Medio Oriente, Polonia, República Checa), han aumentado masivamente sus compras de oro. Un dato curioso que expuso el experto: “Polonia fue el mayor comprador oficial de oro el año pasado, pero el 67% de las compras de oro por bancos centrales no se reportan”. “Los bancos centrales buscan que el oro represente el 20-30% de sus reservas”, añade el experto, pero “China necesitaría el 172% de la producción mundial anual para que el peso del oro en sus reservas pase del 7% actual al 30%, lo que evidencia la escasez del metal”.

2.Baja asignación actual de los inversores
A su vez, los inversores privados también se acercan al oro, pues “los mercados desarrollados ofrecen rendimientos reales bajos con altos ratios de deuda/PIB, lo que ha llevado a que los bonos tradicionales pierdan atractivo y aumente la necesidad de diversificación en activos refugio. A esto hay que sumarle las preocupaciones de los inversores por la credibilidad de los bancos centrales, las tensiones geopolíticas y la seguridad del efectivo, tanto en reservas como en depósitos”, explica Matthew Michael. Todo ello ha alimentado el interés por el oro como un activo monetario duro. 
Pero, aunque el interés por invertir en oro ha crecido manifiestamente, la asignación de los inversores dentro de sus carteras sigue siendo muy reducida. “La mayoría de los inversores mantienen bajas asignaciones. Por ejemplo, los family offices tienen menos del 1% de sus carteras en oro/materias primas, principalmente a través de acciones de compañías de mercados desarrollados y activos privados. Esto sugiere un enorme potencial de crecimiento si los inversores aumentan su asignación”, afirma el analista de Schroders.

3.El mercado del oro es muy pequeño
Ahora bien “tan solo una pequeña asignación del 10% de las carteras globales 60/40 podría requerir la compra de varios años de producción mundial, lo que demuestra la limitación del mercado, pues todo el oro extraído en la historia cabría en tan solo 3,5 piscinas olímpicas”, destaca Michael, quien considera que este es otro factor clave para que el precio del metal precioso siga subiendo.

Pero ¿hasta dónde podría llegar el precio del oro? 
Se espera que el próximo año se alcancen nuevos máximos en el precio del activo, superando los niveles observados este 2025. Matthew Michael anticipa una subida del 10% al 15%, lo que situaría el precio del oro en 4.500 dólares en algún momento del 2026. De hecho, calificó esta previsión como “bastante conservadora” pues, si se produce una “oferta monetaria dual, es decir, si tanto los bancos centrales como los inversores privados buscan comprar oro, la previsión cambiaría drásticamente, sugiriendo la posibilidad de alcanzar máximos históricos superiores el próximo año”.

En conclusión, la situación actual global, con la revaluación de activos fiduciarios, el estrés fiscal y la necesidad de diversificación, hace del oro y las compañías mineras inversiones estratégicas con un potencial significativo a largo plazo. 

Invertir en oro a través de acciones 
Invertir directamente en oro puede resultar muy intensivo en capital. Sin embargo, “las acciones de empresas mineras tienen una beta respecto al oro de 2-3, por lo que solo es necesario invertir un 1,5% en acciones de oro para obtener el mismo resultado que con una asignación del 5% al oro”, explica el analista. Michael considera que dentro del sector hay buenas empresas, especialmente productores de mediana y pequeña capitalización que están generando mucho flujo de caja. “Sin embargo, aún queda un largo camino por recorrer para que el precio de sus acciones refleje realmente su nivel de ingresos. Además, con estos flujos de caja históricos, podrían aumentar las recompras de acciones y, sin duda, esperamos que aumente el número de fusiones y adquisiciones”. 

Perspectivas para otras materias primas

- Materias primas energéticas
Tras un año y medio arrastrando una tendencia bajista debido a la abundante oferta y la débil demanda, Michael espera que los precios del petróleo y el gas suban “debido a los desafíos en la producción de EE. UU. – donde existen pozos "gaseosos y acuosos" que requieren una baja inversión a precios reducidos- y el deseo de la OPEP de que los precios sean más altos”. Este encarecimiento supondrá “un potencial dolor de cabeza para los bancos centrales en los próximos 1-2 años”, apuntilla el experto. 

- Materias primas agrícolas: 
A pesar de las preocupaciones climáticas y comerciales, las materias primas agrícolas se han abaratado mucho. Ante este escenario, Michael espera un aumento de la demanda y desafíos en la oferta debido a los bajos márgenes de los productores. “Se necesitan precios más altos para incentivar la inversión y la producción. Por lo que quizás los precios no despeguen en 1-2 años”.

- Metales industriales:
La alta demanda para el sector tecnológico y las infraestructuras llevan a Matthew Michael a reconocer al cobre como su metal industrial favorito, capaz de convertirse con el tiempo en reserva de valor. “El equilibrio entre oferta y demanda es más ajustado de lo que se percibe y los altos costos de la industria minera (salarios, regulación ambiental) limitan la oferta. Todo ello podría llevar a un déficit de mercado y empujar los precios del cobre al alza”. Por el contrario, la elevada oferta de aluminio y níquel, en parte debido al aumento de producción de Indonesia para compensar las limitaciones de China, lo hacen no ser tan optimista con ambos metales. 


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