La Reserva Federal cumplió las expectativas y recortó los tipos de interés en 25 puntos básicos. Esto situó el rango objetivo de los fondos federales entre 3,75% y 4,00%. La decisión llegó acompañada del anuncio del fin del ajuste cuantitativo (QT) a partir del 1 de diciembre. Este movimiento refuerza el giro hacia una política más acomodaticia. No obstante, las gestoras advierten que persiste la incertidumbre sobre el rumbo de los próximos meses.

Max Stainton, estratega sénior de macroeconomía global en Fidelity International, considera que el comunicado “muestra un cambio de prioridades hacia el empleo y un tono más suave sobre la inflación”. Añade que el fin anticipado del QT “responde a tensiones de liquidez”, lo que confirma un giro prudente.
Coincide Martin van Vliet, estratega de inversiones en Robeco, quien interpreta el recorte como “una medida de gestión de riesgos ante la debilidad del mercado laboral”. Sin embargo, advierte que la inflación “sigue siendo algo elevada” por los efectos de los aranceles. Para él, el mensaje de Jerome Powell fue “más restrictivo de lo esperado” al advertir que un nuevo recorte en diciembre “no es una conclusión inevitable”.
Ambos subrayan que el FOMC muestra divisiones internas, con miembros partidarios de un recorte mayor y otros de mantener los tipos. Esta disparidad, según Fidelity, explica el tono de cautela de Powell, quien calificó la política actual como “moderadamente restrictiva”.
Powell modera expectativas y el mercado reacciona
El presidente de la Fed intentó enfriar las expectativas del mercado. Daniel Siluk, director de Global Short Duration & Liquidity en Janus Henderson Investors, describe el comunicado como “benigno y sin impacto de mercado”. Además, destaca que “la ausencia de nuevas medidas de liquidez muestra que la Fed se siente cómoda con las condiciones actuales”.
Para Eric Winograd, economista jefe de EE. UU. en AllianceBernstein, “el fin del QT no fue una sorpresa y refleja el deseo de evitar tensiones de liquidez como en 2019”. Destaca que Powell “evitó ofrecer una guía clara sobre los tipos”, lo que refleja divergencias internas y un intento de preservar flexibilidad. Aun así, considera que “el recorte actual es un paso hacia la neutralidad, lo que sugiere más relajación más adelante”.
Tiffany Wilding, economista de PIMCO, coincide en que Powell “buscó moderar la confianza del mercado”. Así, redujo la probabilidad de un recorte en diciembre del 90% al 70%. Añade que el fin del QT tiene motivos técnicos: “las reservas ya no son abundantes y congelar el balance evita tensiones adicionales”.
Desde Julius Baer, Dario Messi subraya que la medida es “operativa, no monetaria”. Anticipa que la Fed podría volver a ser compradora neta de deuda pública en 2025, centrada en letras del Tesoro. “No esperamos un aplanamiento de la curva. Aunque la pendiente actual justifica una sobreponderación moderada en duración, sobre todo en el tramo de cinco a siete años”, señala.
En el plano de mercado, Danny Zaid, gestor de carteras en TwentyFour Asset Management (Vontobel), observa que “la subida del 0,2% en la inflación subyacente de septiembre ofrece cierto alivio. Sin embargo, la reacción contenida de los Treasuries indica que el movimiento ya estaba descontado”.
Entre la inflación y el empleo: un equilibrio delicado
Bret Kenwell, analista de inversiones en eToro EE. UU., resume el dilema de la Fed: “Debe decidir si prioriza el debilitamiento del mercado laboral o la persistencia de la inflación”. Recuerda que el Nasdaq 100 acumula un alza superior al 20% en el año, por lo que una Fed prudente podría enfriar la racha alcista.
Damian McIntyre, gestor Multiactivo en Federated Hermes, considera que el fin del QT será bien recibido por los mercados de deuda. Sin embargo, advierte que “el mercado laboral sin contrataciones ni despidos es preocupante, especialmente tras los recientes recortes en Amazon y UPS”. A su juicio, resulta apropiado que Powell “reduzca el nivel de restricción de tipos” ante el aumento de los riesgos laborales.
Las gestoras coinciden en que la falta de datos oficiales —debido al cierre parcial del Gobierno— complica la lectura económica. Fidelity y PIMCO apuntan que las métricas privadas del empleo se mantienen estables, aunque los anuncios de despidos corporativos van en aumento. Esto refuerza el tono prudente del FOMC.
Perspectivas: un ciclo más lento, pero con curva más empinada
El consenso entre las gestoras es que la Fed mantiene un sesgo acomodaticio, aunque Powell ha dejado espacio para la prudencia. Desde Fidelity prevén que la falta de datos forzará un enfoque más flexible. Mientras que Robeco y PIMCO anticipan un ritmo de recortes más pausado que podría extenderse hasta 2026.
Según Guy Stear, director de estrategia de mercados desarrollados en Amundi Investment Institute, “la Fed no ha terminado”. Espera “otro recorte antes de fin de año y dos más en el segundo trimestre de 2026, hasta un suelo cíclico del 3,5%”. En esa línea, Jean Boivin, responsable del BlackRock Investment Institute, ve en la decisión “un comité cada vez más dividido”, donde el comentario de Powell sobre diciembre “fue performativo más que económico”. A su juicio, la Fed “seguirá recortando tipos” y mantiene un enfoque pro-riesgo, ya que el mercado laboral se suaviza sin señales de colapso y el fin del QT “responde a presiones recientes en los mercados monetarios”.
El fin del QT también tendrá efectos técnicos. Erick Muller, director de Estrategia de Inversión en Muzinich & Co, considera que la reinversión de los vencimientos de MBS en letras del Tesoro “acentuará la pendiente de la curva”. Esto permitirá a la Fed acortar la duración de su balance. Advierte, no obstante, que “cada recorte acerca la política a la neutralidad y complica las decisiones futuras cuando inflación y empleo divergen”. En este entorno, identifica mayor atractivo en vencimientos cortos y medios.
Messi coincide en que cualquier expansión futura del balance “no debe confundirse con una vuelta al quantitative easing”. A su juicio, el escenario actual “favorece mantener exposición en tramos medios de la curva, donde el binomio rentabilidad-riesgo sigue siendo equilibrado”.
A corto plazo, la moderación de la inflación y la resistencia del empleo mantienen viva la expectativa de una nueva bajada antes de fin de año. Como resume Zaid, “la inflación se enfría, pero Powell aún quiere ver más evidencias antes de moverse de nuevo”. Una frase que refleja el tono general del mercado: alivio, pero sin euforia.