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Sábado, 27 de Julio de 2024

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JPM

Cotizaciones

Verano con la mirada puesta en ee.uu

Varios son los motivos que llevan nuestra mirada en estos meses a EE.UU. No solo la campaña electoral, sino la propia evolución de la economía y de los resultados empresariales y la creciente probabilidad de la primera bajada de tipos de la Reserva Federal en septiembre.

Verano con la mirada puesta en ee.uu

Política americana (y política a secas) con trascendencia económica y en mercados. Y para muestra, lo vivido en Francia en torno a las recientes elecciones, con ampliación de las primas de riesgo; o, en sentido contrario, el buen comportamiento de la libra ante un programa laborista prudente en el lado fiscal y más centrado en reformas.


Aunque el 5 de noviembre, fecha de las presidenciales en EE.UU., se antoje algo lejano, el impacto se empieza a sentir antes. Así, el posicionamiento a favor de sectores teóricamente favorecidos por Trump ha crecido, y lo ha hecho al hilo de la fortaleza en las encuestas del candidato republicano. La continuidad de Biden sigue siendo una incógnita, con creciente presión mediática y desde sus propias filas, también sentida en el menor apoyo económico de los donantes para sufragar su campaña.


Seguiremos atentos a la evolución de esta campaña, con fechas intermedias clave como la convención de los demócratas (19-22 de agosto). Históricamente, los meses previos a las elecciones americanas han sido de mayor volatilidad en mercado, y pudiera ser más acusada si hubiera cambio de candidato.


Quedándonos en lo económico, más allá de que ambos vengan con políticas reflacionistas, alejadas del control del déficit, hay diferencias entre Biden y Trump en el tipo del estímulo fiscal, políticas sectoriales, relaciones comerciales...a cotizar.


"Los datos del segundo trimestre dan gran confianza en que la inflación se encamina al objetivo del 2% y el mercado laboral va estando más equilibrado."


Hablemos ahora de política monetaria. EE.UU. viene ofreciendo en los últimos meses claras señales de moderación del crecimiento y de suavización de la inflación. En palabras del presidente de la Reserva Federal, Powell, “los datos del segundo trimestre dan gran confianza en que la inflación se encamina al objetivo del 2% y de que el mercado laboral va estando más equilibrado”. Dicho de otra forma, se va despejando el camino para que la FED inicie las bajadas de tipos de interés, lo que bien podría ocurrir en septiembre y volver a repetirse en diciembre. Y ese arranque de relajación monetaria también se deja notar en los mercados financieros, con subida de la renta fija y recuperación de la cotización de las pequeñas y medianas compañías, favorecidas por tipos más bajos.


De la mano de la FED, el BCE. No siendo julio tampoco fecha de anuncios en Europa, septiembre sí cuenta con muchos puntos para ser momento de la segunda bajada de tipos del año. Para entonces contaremos con los datos de inflación de julio y agosto, nuevas cifras salariales y de productividad y, más importante, la actualización trimestral de las previsiones macro del BCE. A diferencia de EE.UU, nuestra economía europea va de menos a más en crecimiento y con una inflación que, aunque errática, continúa a la baja con el interrogante de los servicios. Salvo que se den sorpresas que obliguen a modificar la narrativa de desinflación, no esperamos que cambien el rumbo de bajadas del BCE, con septiembre y diciembre como fechas probables.


De la macro a la micro, arranca la temporada de resultados empresariales. Y lo hace con unos mercados en altos, entre el optimismo de los inversores. ¿Qué se espera? En EE.UU., crecimiento de los beneficios del 8% interanual, porcentaje al que las 7 Magníficas vendrían a contribuir con un 50%, papel clave aunque menos crítico que el en el primer trimestre.


¿Margen para sorpresas? Siempre, quizás más limitado en el caso americano por un consenso que apenas ha revisado a la baja expectativas de beneficios del S&P500 para este trimestre, a diferencia de Europa donde sí se han venido recortando estimaciones. Será importante ver si se confirma la visión para la segunda parte de 2024, donde las expectativas de beneficios son elevadas en comparación con el crecimiento observado hasta el momento (+12% vs. en el segundo semestre vs. +7% en el primero).


El comportamiento de las bolsas, en lo que va de año, ha venido caracterizado por la dispersión, primando valores concretos, temáticas (Inteligencia Artificial), sectores (tecnología), o estilos (momentum). Dinámicas que podrían evolucionar, dando lugar a cierta rotación hacia otras alternativas más rezagadas.


Partiendo de la volatilidad propia del momento estival, ¿cómo encarar el verano “financieramente hablando”? Con tranquilidad, sin cambios en carteras. Con un escenario dominante de suave desaceleración de la actividad y lenta bajada de la inflación, el entorno sigue siendo propicio, en general, para los mercados. No olvidamos los riesgos, lógicamente, que podrían venir de una desaceleración americana más intensa de lo previsto, o de preocupaciones mayores en relación con el endeudamiento público.


A la fecha, las valoraciones razonables, la abundante liquidez y las perspectivas de crecimiento, son apoyo para la renta variable. Mientras, la renta fija, preferiblemente en duraciones intermedias y elevadas calidades crediticias, tiene pleno sentido en las carteras. Es activo favorecido por el viento de cola de unos bancos centrales que se embarcan en relajación monetaria, que cuenta con rentabilidades muy atractivas y limitado riesgo desde el crédito.



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