La reunión de los mandatarios políticos del G20 esta semana, nos ha dejado la foto y las reuniones entre Biden y Xi Jinping, nos han dejado unas declaraciones de buenas intenciones, que podrían ser la antesala de buenas acciones.
Ambos han manifestado su deseo de que la consolidación de los dos bloques que se están volviendo a crear, desde el aumento de las tensiones entre ambos países desde 2018, se difuminen. Ninguno quiere hablar de “nueva guerra fría” desde el punto de vista político o diplomático. Ambos mandatarios saben que no está la situación económica mundial para seguir presionando en un camino complejo y de imprevisibles consecuencias, pero ninguna de ellas positiva.
EEUU ha bajado la presión sobre su postura respecto a la relación de China con Taiwan, y con ello han conseguido suavizar los mensajes. También han hecho declaraciones a favor de no permitir que se hable entre las naciones de usar armas nucleares, lo que sin duda es positivo, si además se consigue llevar a la práctica. Como todos sabemos, sólo se pueden conseguir obras buenas, tras las buenas intenciones. Sin buenas intenciones, nunca se concretan buenas obras, por tanto es esperanzador.
Mientras estos encuentros se producían, las tensiones geopolíticas aumentaron exponencialmente tras el misil que causó varios muertos en Polonia, consecuencia del ataque de Rusia a Ucrania con misiles cruzados. La gravedad de la situación, al tener que plantear la activación de los mecanismos de defensa de la OTAN, provocó desde el primer momento que los comentarios de los lideres políticos, fuesen muy moderados. La inmediata investigación de los hechos aclaró que posiblemente se tratase de un misil ucraniano, lanzado como defensa a los enviados por Rusia, lo que hacía reducirse las tensiones.
No obstante los mercados financieros sufrieron su momento de incertidumbre y recortes, a la espera de nuevas confirmaciones.
Teniendo en cuenta que el conflicto bélico es el gran problema que está agravando la situación de subida de los precios de la energía y con esta la inflación, que a su vez provoca que los bancos centrales tengan que subir tipos hasta donde sea preciso, lo que nos llevará a recesiones en EEUU y Europa, no es de extrañar, que todos estén deseando que la vía diplomática pueda dar sus frutos, al tiempo que nadie desea provocar una situación de mayor gravedad, que a todas luces nos llevaría a escenarios muy traumáticos y dolorosos.
María Jesús Soto
Directora El Inversor Inquieto