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Viernes, 29 de Marzo de 2024

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JPM

Cotizaciones

“Los datos no suelen engañar”

La contundente afirmación por parte de los responsables de los Bancos Centrales en Europa y EEUU, de hacer lo que sea necesario para controlar la inflación, sabiendo el dolor que va suponer para familias y empresas, ha puesto blanco sobre negro, lo que nos podemos encontrar.

“Los datos no suelen engañar”

Los datos macro o microeconómicos siempre han sido importantes, pero en estos momento han cobrado una relevancia absoluta, dado que van a ser monitorizados muy de cerca por los bancos centrales, decidir hasta donde quieren llevar el dolor y sufrimiento. Su objetivo de evitar que se alargue en el tiempo la inflación persistente, tiene como finalidad que se normalicen los mercados de deuda y la masa monetaria en circulación, para evitar males mayores en el futuro.

Tanto expertos como responsables en asuntos de política monetaria, son conscientes de que se encuentran en un terreno apenas explorado, porque la inflación a la que se enfrentan no tiene su origen en las mismas  circunstancias que ocasiones anteriores, al tiempo que no se tienen certezas sobre si las subidas de tipos por si mismas serán suficientes, para conseguir el objetivo pretendido.

Cuando los analistas intentan explicar de forma gráfica lo que está sucediendo, suelen recurrir a imágenes como una persona con la boca abierta, atragantándose con una ingente cantidad de dinero en efectivo. Con ello vienen a reflejar lo que ya sabemos, es decir, que los bancos centrales llevan años fabricando dinero, para salir primero de la crisis de 2008 y ahora de la pandemia, sin que por el camino se hubiesen podido corregir los excesos, de ahí que pretender hacerlo ahora todo y de golpe, resulta traumático.

Como siempre suele suceder y como dice el refrán : “al perro flaco todas son pulgas”, es decir, que si ya de por sí, esa normalización iba a ser dura, al añadirle la guerra, el proceso de transición energética y la dependencia de otros países, en materia energética, la situación se ha convertido en un desafío de proporciones colosales.

Todo tsunami destapa las deficiencias y vergüenzas de los gestores, sean públicos o privados. En esta ocasión, ha quedado al descubierto el error de política energética llevado a cabo en Europa desde la caída del muro de Berlín, así como la ineficiencia de muchos gestores de lo público en esta grave situación. En nuestro país, se suma que son rehenes de socios poco recomendables, así como la ignorancia absoluta de muchos de ellos, en lo más elemental de la ciencia económica, a la hora de gestionar los recursos escasos, como es pensar que no tiene consecuencias el enfrentar a los agentes económicos o dañar a los que generan recursos para el sector privado y por supuesto para el sector público, que siempre se lleva una buena parte, a través de los impuestos.

En los próximos meses todos vamos a estar muy pendientes de cada dato de hable de paro, inflación, PIB, ventas, costes etc. Según como vaya saliendo cada dato, los mercados de capitales se lo tomarán mejor o peor, en función de como se interprete que va a afectar a los crecimientos económicos, a los resultados empresariales y a las políticas monetarias.

Como está sucediendo en la actualidad, los países que tengan mejores gestores, tendrán mejores datos y los que gestionen peor, tendrán datos mucho peores. Al final los ciudadanos, tendrán que pagarlo. Para muestra, el desempleo en España es superior al 12% y en EEUU es el 3,7%. Si miramos a nuestros socios, europeos, a muchos se les duplica en el dato. Si mirásemos otras variables, nuestro país no sale tampoco bien parado. Los datos no engañan, por lo que necesitamos mejor gestión y menos palabrería.

María Jesús Soto
Directora El Inversor Inquieto

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