La última semana de julio nos está dando un leve (pero muy necesario) respiro. Las temperaturas menos extremas, parece que también están sentando bien a unos mercados financieros, que logran avances en la semana.
Semana, por otro lado, no tan tranquila desde el punto de vista de las noticias. Los mercados están digiriendo, de forma positiva, el atracón de resultados empresariales publicados por las principales compañías de todo el mundo.
Los analistas, al calor de los datos de inflación y ralentización económica, esperaban con un nerviosismo impropio de esta época del año, los resultados del primer semestre. Hasta el momento, la mayor parte de las empresas que han publicado resultados, no están decepcionando al mercado. Incluso, buena parte de ellas, están consiguiendo superar expectativas alejando así uno de los principales temores de los inversores.
Sin embargo, en el apartado macroeconómico, los datos no dan tregua. Si la semana pasada, el BCE subía los tipos de interés por primera vez en una década para contener unos precios disparados, esta semana hemos conocido el último dato de inflación. La inflación de la eurozona escala en julio al máximo histórico del 8,9%. En España, nos situamos en la cota más alta en cerca de 40 años, con un 10,8% en la tasa general y un 6,1% en la subyacente, la más alta también desde los años 90.
Al otro lado del Atlántico, la tan temida recesión ha llegado a Estados Unidos. La economía norteamericana entró en recesión técnica en el segundo trimestre de 2022, cuando su producto interior bruto (PIB) experimentó una caída del 0,2%, tras ya haberse contraído un 0,4% en los tres primeros meses del año.
La noticia no ha sido mal recibida del todo, ya que se ha producido en un contexto de cuellos de botella, inflación, subidas de tipos y un desempleo prácticamente inexistente por debajo del 4%. Es decir, un contexto muy alejado de otras crisis, donde la causa eran quiebras en el sistema financiero y el desempleo se disparaba.
De hecho, esta misma semana la Reserva Federal ha vuelto a anunciar una subida de tipos de interés de 75 puntos para contener la inflación. Algunos economistas ya comienzan a resaltar que, la recesión económica y la política monetaria tan restrictiva de la Reserva Federal, podrían acelerar en el tiempo la normalización de inflación. Por lo tanto, podríamos vislumbrar bajadas de tipos de interés hacia finales del año que viene en el país norteamericano.
Veremos.
Alberto Reguera
Colaborador de El Inversor Inquieto