El repaso de los mercados en esta última semana arroja una foto desalentadora: caídas medias del 7% en los índices de renta variable y ventas masivas en la renta fija en un entorno de poca liquidez. Todo ello arranca y coincide con la “semana grande” de los bancos centrales. Trataremos de analizar en las próximas líneas qué ha pasado y qué podríamos esperar a corto plazo.

Como decíamos en nuestra nota previa, la clave sigue estando en la inflación, y esta sigue sorprendiendo al alza tanto en datos como en previsiones. Así lo han venido a reconocer las distintas autoridades monetarias que en estos días han revisado al alza sus estimaciones de precios a 2022- 2024.

En estos recién estrenados cuadros macro nos encontramos, por ejemplo, con cifras del 11% para la inflación en Reino Unido o del 6,8% para la Zona Euro en 2022. El problema de la inflación no es solo de nivel sino de tiempo. Y es que cuanto más tiempo permanezcan elevados los precios, mayor es el riesgo de que las perspectivas de inflación a medio plazo dejen de estar estabilizadas y el impacto en el crecimiento del consumo, sea mayor. Inflación que tiene así un impacto acumulativo negativo y para la que no hay evidencias a la fecha, de desaceleración.

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