Los mercados financieros están mostrándose especialmente sensibles con todas las noticias relativas a la inflación, algo que viene sucediendo desde septiembre del año pasado, cuando empezaron a constatarse los altos niveles y el impacto que podía tener en las políticas monetarias.

Si algo nos está dejando claro este comienzo de 2022, es que además de la empinada cuesta de enero, tenemos a la inflación con protagonista del devenir de los mercados financieros. Los temores a que la Reserva Federal americana endurezca su política monetaria, más de los inicialmente previsto, ha provocado en los mercados financieros especial nerviosismo.

De forma inmediata han empezado a subir las rentabilidades de los bonos a largo plazo, con la consiguiente caída de los precios, las acciones del sector tecnológico están siendo de las más castigadas, porque en principio son el sector que consideran los expertos que va a sufrir un mayor impacto.

La evolución de contagios de la variante ómicron también es algo que va a influir mucho en la inflación de los próximos meses. La preocupación se centra en que países como China están aplicando políticas de restricción estrictas, que puede afectar de nuevo a las cadenas de suministro y con ello a la inflación.

El dato americano de IPC para 2021, cerró en el 7%, su nivel más alto de los últimos 40 años, pero con una lectura positiva, al subir menos en diciembre de lo que se había producido en noviembre. El presidente de la FED ha tenido un discurso menos agresivo de lo que se esperaba ante el Congreso de los EEUU, respecto a su política monetaria. De hecho estiman que la inflación se debería estabilizar e ir mejorando, algo que los mercados se han tomado con especial alivio.

En la Zona Euro, desde el BCE también apuntan a que los precios se están estabilizando, tal y como su presidenta mencionó en noviembre, al afirmar que posiblemente los niveles de noviembre serían los más altos del año.

Por lo que respecta a nuestro país, con un dato de inflación del 6,5%, superando el 5% de media de la Zona Euro, daña la competitividad de las empresas, así como las economías domésticas. Ahora el reto está en las negociaciones colectivas, porque llevar esta subida a los salarios o revisiones de costes públicos, sería algo que dañaría aún más a la economía española, que de forma constante se está revisando a la baja su expectativas de crecimiento.

Los precios de la energía son los que más están afectando a los costes totales de las empresas, aunque para las familias, los alimentos y la vivienda son de los que también más están afectando a las finanzas familiares.

Como estaba previsto, la inflación es el gran enemigo para las economías en 2022 y sería deseable, que los pronósticos que hablan de estabilización se cumpliesen, para pasar al de reducción que nos lleve en la recta final del año a niveles más razonables, aunque nadie espera que los precios de la energía vuelvan a los niveles anteriores a la pandemia.

María Jesús Soto
Directora El Inversor Inquieto