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Jueves, 28 de Marzo de 2024

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Cotizaciones

Seis claves para afrontar la cuesta de septiembre

Tras las vacaciones de verano, en las que se suele gastar más de lo normal, llega la temida cuesta de septiembre, en la que las facturas aprietan. El nuevo curso suele venir acompañado de nuevos proyectos y diversos retos profesionales y personales que, de no controlar las finanzas personales, pueden no llegar a buen puerto.

Seis claves para afrontar la cuesta de septiembre

 EFPA España ha elaborado, a modo de guía práctica, un documento que incluye una serie de pautas para subir con éxito la cuesta de septiembre, como elaborar un plan de ahorro e inversión, supervisar los gastos y sacar la máxima rentabilidad a los ahorros.

1. Elaborar un presupuesto con los ingresos recurrentes y los gastos fijos mensuales: Conviene confeccionar un cuadro que incluya los ingresos recurrentes con los que se puede contar y los gastos fijos que se afrontan cada mes (hipoteca/alquiler, transporte, comida, luz/gas, letras, seguros…). Además, hay que tener en cuento dos reglas: no se deben contraer deudas que no se puedan pagar ni gastar más de lo que ingresamos.

2. Vigilar los gastos innecesarios: Es el momento idóneo para eliminar algunos productos o servicios que no se utilizan, o renegociar o cambiar de proveedor, aprovechando mejores ofertas en el mercado. Incluso, puede ser un buen momento para revisar si merece la pena amortizar alguna deuda o renegociarla con la compañía en cuestión.

3. Tener en cuenta los gastos implícitos en la rutina diaria: Septiembre es un mes perfecto para plantearse qué gastos son necesarios y cuáles son prescindibles. Entre otros, se pueden valorar opciones como ir al trabajo andando, en bicicleta o compartiendo coche, e incluso llevar la comida a la oficina para ahorrarse el menú de cualquier restaurante.

4. Revisar los productos financieros contratados: Después del verano, algunas entidades lanzan nuevos productos financieros, como planes de pensiones, fondos de inversión, cuentas de ahorro… Conviene consultar qué productos se tienen contratados y ver si existen otros vehículos en el mercado que se ajusten más a las necesidades personales y económicas. Hay que buscar toda la información para ver si encaja alguna de las ofertas que ayuden a diversificar los ahorros e inversiones.

5. Dejar un hueco a la planificación financiera a largo plazo: La jubilación de ahora no se parece a la que tenía la anterior generación, por la reducción de la cuantía media de las pensiones públicas en los próximos años y el incremento de la esperanza de vida. Así, e potencia la necesidad de todos los ciudadanos de contar con una seguridad financiera a largo plazo. El ahorro sistemático permitirá acumular un capital final suficiente para complementar la pensión pública y mantener el poder adquisitivo tras acabar la vida laboral y, después del verano, es un buen momento para trazar una estrategia. Cuanto antes se empiece a ahorrar, menor tendrá que ser el esfuerzo y las aportaciones a realizar.

6. Dejarse asesorar: Hoy, mejor que mañana, es un buen momento para acudir a un asesor financiero o entidad de confianza para que resuelva todas las dudas sobre los productos financieros más adecuados, préstamos, hipotecas, ahorro para la jubilación… Los asesores financieros pueden ayudar a realizar un correcto ejercicio de planificación financiera, teniendo en cuenta u horizonte temporal, perfil de riesgo y situación personal. La volatilidad de los mercados puede ofrecer algunas oportunidades de inversión atractiva y financiación más económica, reduciendo el importe de tus préstamos, pero cualquier decisión final debe contar con la ayuda de un profesional cualificado.

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